45 detenidos en Venezuela por el caso de los 2 jóvenes gallegos secuestrados
La policía venezolana ha practicado 12 allanamientos y, detenido a 45 personas que han tenido algún tipo de relación con los dos jóvenes gallegos, Alejandro Ábalo Bispo, y José Manuel Crespo Mougán, presuntamente, secuestrados desde el pasado 2, de enero. Sus captores, de nacionalidad colombiana, habían pedido ocho millones de bolívares (3.500.000 de pesetas al cambio actual).
Tras la primera detención de Manuel Vázquez Castro, de 45 anos, nacido en la isla de Arosa y residente en Venezuela, gerente de ventas de la agencia de viajes Universo y amigo de los dos jóvenes, la División contra Homicidios de la Policía Técnica Judicial (FTJ) inició el lunes una intensa búsqueda en todos los lugares por donde pasaron los desaparecidos, y están interrogando a todos los que tuvieron cierta vinculación con ellos. En declaraciones a este diario, el jefe de homicidios de la PTJ, el comisario Leonardo Díaz Paruta, relata los detalles de este misterioso caso. Por los interrogatorios a los detenidos la policía maneja la hipótesis de un secuestro o un autosecuestro, posiblemente vinculado al narcotráfico, con el ingrediente de un romance juvenil. "Todo esto es muy extraño", afirma el comisario. Explica que las declaraciones de Vázquez son contradictorias, así como las de los familiares de los jóvenes ofrecidas en la comisaría de Villagarcía, según las cuales los chavales habían viajado a Venezuela para tres días, a fin de comprar algunas cosas, y prolongaron su estancia tres meses.
El comisario comprobó que Abalo, de 21 años, soltero, electricista, vecino de Villagarcía, y Crespo, de 24, casado y residente en la isla de Arosa, llegaron a Caracas el 15 de octubre en un vuelo de Viasa. Pero lo extraño es que el 2 de enero tenían reservas para regresar a Galicia, justo en el momento en que Vázquez afirma que entregó la última parte de la rescate, cuyo pago inició el 22 de diciembre, y que al no cumplir los captores con el pacto se llevaron a los dos jóvenes a la fuerza.
A Díaz Paruta le parece muy sospechoso que unos captores presenten a los secuestrados cada vez que se lo exigen los pagadores de las víctimas, como ocurrió el 29 de diciembre en un restaurante caraqueño y el 2 de enero en el hotel Limón, cercano a la agencia Universo. Refiere que Vázquez incluso se presentó el 3 de enero en el consulado de España para pedir asilo, porque se sentía perseguido y temía por la seguridad de su familia, pero ese mismo día fue detenido preventivamente por la FTJ hasta que aparezcan.
Una novia rica
La oficina de homicidios ha detenido a personal de la agencia Universo, de los hoteles caraqueños Taormina, Paseo de las Mercedes y Limón, además de a la novia venezolana y la familia del español Ábalo, y a los familiares de Vázquez. En total, 45 personas, que estarán detenidas reglamentariamente ocho días en la PTJ. "Nos interesa establecer el círculo de amistades de los dos muchachos españoles, a qué se dedicaban los amigos y a partir de ahí descubrir el móvil del secuestro".En su opinión, las claves de la investigación son la novia de Abalo y el empresario de la agencia de viajes. La joven venezolana, de 24 años, estudiante universitaria, de clase media-alta, cuyo nombre el comisario no quiere revelar porque pertenece a una familia muy conocida de Caracas, afirma en sus declaraciones que habló el 2 de enero por última vez con su novio. Tenían planes para casarse a finales de febrero por lo civil y por la iglesia a mediados de marzo. No sabía que Alejandro tenía reservas para regresar a Galicia el 2 de enero.
Tanto la novia como su familia hablan bien de Alejandro, que les pareció un chico decente, muy formal. Solían verse casi todos los días. Cenaban juntos y Alejandro la llevaba a su casa. "Declaran, sin embargó, que su compañero José Manuel Crespo se mantenía siempre reservado, como aislado, y se excusaba de no participar en las invitaciones de la familia por cuestiones de negocios", según el comisario.
Añade que la madre del agente de viajes, Teresa Castro, de 72 años, recibió un depósito por ocho millones de pesetas en el banco Buen Pastor de Arosa para el pago de la recompensa, pero que no ha sido utilizado. Lo que le extraña al comisario es que los dos jóvenes mantuvieran una vida de lujo, siempre pagaran en moneda local y llevaran consigo "muchas pesetas".
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