La mirada, el viaje y los detalles
Los príncipes Doria Pamphili se dejaron fotografiar ayer delante del retrato de Inocencio X que tienen en su casa y que desde niños les producía "un gran terror". Jonathan Doria Pamphili mostró su satisfacción por el reencuentro de Velázquez con sus grandes obras y el baño de multitudes que va a resistir la mirada del papa. "No me ha costado desprenderme del cuadro, ya que el peligro de viajar estaba eliminado al venir en una caja de seguridad, de alta tecnología. Aunque nuestra política no es prestar cuadros estamos obligados moralmente. Esta era una oportunidad magnífica y el cuadro ya no volverá a salir en otros 30 o 40 años por algún motivo parecido".Durante tres días, el cuadro viajó por carretera en un furgón dentro de una caja acondicionada y. construida en Londres, de donde saldrá de nuevo tras su exposición en la National Gallery. Durante el trayecto y en las etapas sucesivas de Roma, Génova, Barcelona y Madrid, fue escoltado por otros dos vehículos con miembros de la Interpol. "En todo momento estuvo protegido y las policías de cada país conocían su trayecto". Jonathan Doria Pamphili también quiso hacer el misrfio viaje por carretera, junto con el correo enviado por el Museo del Prado, el restaurador Rafael Alonso.
En compañía
También recibió el cuadro en Roma la conservadora de pintura española Trinidad de Antonio, encargada del montaje de la exposición. En un principio, el retrato de Velázquez iba a estar acompañdo por los dos paisajes de Villa Medici realizados también durante su segundo viaje a Italia, pero los cambios de escala han aconsejado cambiarlos por otros dos retratos potentes, como Marte en reposo y Esopo. En la rotonda de Ariadna, dedicada a esculturas griega y romana, se ha conservado esta pieza comprada por Velázquez en Roma por encargo de Felipe IV y que aparece en uno de los pequeños cuadros de Villa Medici. Es posible que durante la permanencia de la obra se cambien por otros retratos del pintor.Entre los primeros visitantes de ayer se encontraban la embajadora de España en Italia, Mercedes Rico, que ha participado en las gestiones; el 'presidente del patronato del museo, José Antonio Fernández Ordóñez, y el presidente del Tribunal Supremo, Pascual Sala. El filósofo Emilio Lledó, que ayer vio el cuadro en vivo, comentó la sensación que producía el con la realidad. "Es la vida, recoger el tiempo real, convertir la pincela da en obra de arte. Lo importan te es el fomento de la cultura, que permite gozar de estas obras".
Los más expertos comentan que una limpieza mínima del cuadro resaltaría mejor los rojos y los blancos. El retrato sólo tiene una consolidación de la tela por detrás, realizada en el siglo XVIII. Algunos echan en cara a Velázquez fallos en la perspectiva entre el respaldo de la silla y la colocación de los brazos y manos.
Babelia
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