_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Callejón irlandés

LA SECRETA vocación policial de -muchos activistas avala la hipótesis de que sea el IRA, o un sector del mismo, el verdadero autor de los cinco asesinatos de supuestos traficantes de droga producidos en el Ulster en las 'Últimas semanas y que ha reivindicado un hasta ahora desconocido grupo: Acción Directa contra la Droga. El alto el fuego acordado en agosto de 1994 por esa organización no significó la interrupción de las palizas, cobro de extorsiones y otras prácticas más o menos mafiosas que forman arte desde hace años del repertorio del IRA, y en el que se inscribiría la ejecución de presuntos delincuentes comunes.Si se confirmase su responsabilidad en estos cinco crímenes, que se añaden a otros dos no reivindicados entre abril y diciembre y a un intento fallido registrado el pasado viernes en Belfast, significaría que alguien intenta segar la hierba bajo los pies de Gerry Adams. El jefe del Sinn Fein, brazo político del republicanismo norirlandés, ha apostado resueltamente por la vía política, y ésta es incompatible con el mantenimiento de un brazo armado, excepto si permanece dormido.

Ésa es la cuestión que sigue paralizando el proceso de paz en Irlanda del Norte. A finales de noviembre, coincidiendo con la visita a la isla de Bill Clinton, Londres y Dublín alcanzaron un acuerdo destinado a desbloquear la situación. Por una parte, se fijaba ya una fecha, a finales de febrero, para iniciar las conversaciones políticas sobre el futuro, institucional del Ulster, con participación de todas las fuerzas políticas, incluyendo al Sinn Fein; por otra, se creaba una comisión, integrada por personalidades internácionales, encargada de buscar una salida honorable a la cuestión de la entrega de las armas por parte del IRA, considerada condición previa por los unionistas para sumarse al proceso. Una semana después, el IRA tachaba de "ridícula" la pretensión de que fuera a entregar sus armas. Al menos, que fuera a hacerlo antes de conocer los resultados de la negociación política.

Se trata de una posición coherente con la lógica militarista del IRA, pero totalmente contradictoria con la lógica de la situación. Es, además, una posición poco inteligente desde los intereses que pretende representar ese grupo. Coherente con la lógica militarista porque para los terroristas lo importante no es tanto el desenlace como que quede claro que el mismo es consecuencia de su interyención. Pero, ahora mismo, cualquier posibilidad de cambio de la situación. establecida en 1920-1921 -independencia del sur y mantenimiento de los seis condados del Ulster bajo soberanía británica- pasa por el eclipse del IRA.

Ello es condición para tranquilizar a la mayoría unionista de ese territorio, que invoca el principio de. autodeterminación como garantía de que no habrá cambios impuestos por la fuerza de las armas. La negativa del IRA a hacer un gesto indicativo -no se le pide más- de su voluntad. de renunciar definitivamente a las armas revela que su alto el fuego de 1,994 no era todavía un compromiso sincero con la paz; al menos, que hay un sector que se niega a delegar su representación en el Sinn Fein, dejando el campo libre a los políticos.

Esa negativa es poco inteligente, además, porque, así como la dinámica negociadora juega a medio plazo a su favor -no se negocia para mantener el statu quo-, la coyuntura política del Reino Unido puede reforzar en los próximos meses la capacidad de presión de los unionistas, cuyos nueve diputados en Westminster pueden ser imprescindibles para que Major mantenga su mayoría. Tras la deserción de una diputada a finales de año, y la posible pérdida de otros dos en las elecciones parciales que se celebrarán en primavera, los unionistas se perfilan como aliados necesarios de los conservadores., Y harán pagar su apoyo en términos de reforzamiento de las garantías que exigen para no hacer estallar el proceso de paz.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_