La 'secta' Iglesia Universal no consigue quedarse con el emblemático Coliseo de Oporto
La Iglesia Universal del Reino de Dios, sobre la que pesan serias acusaciones de ser una secta vinculada al narcotráfico, ha perdido la larga batalla que ha mantenido para comprar la histórica sala de espectáculos del Coliseo, de Oporto (Portugal). La organización Amigos del Coliseo, creada para impedir que esta secta comprara el local para convertirlo en iglesia, ha conseguido reunir ya 500 millones de escudos -unos 400 millones de pesetas- para adquirir el local a su actual propietaria, la filial portuguesa de la compañía francesa de seguros UAP.El alcalde de Oporto, Fernando Goffies, ha anunciado, oficialmente la venta a este grupo por un valor total de 680 millones de escudos -544 millones de pesetas-, un poco más que lo ofrecido por la Iglesia Universal. "Desde ahora el Coliseo es nuestro", dijo el alcalde, y anunció que el Ayuntamiento lo convertirá en un gran centro cultural.
Mientras, prosiguen en Colombia las investigaciones de la Interpol sobre los nexos del narcotráfico con esta secta, que, cuenta con unos cinco millones de miembros en 50 países. En España, está inscrita legalmente en el Ministerio de Justicia desde noviembre. En Brasil, cuna de la Iglesia Universal, sus dirigentes han convocado para hoy manifestaciones masivas en Río de Janeiro, Sáo Paulo y Brasilia contra el Gobierno.
En España, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas se ha apresurado a desvincularse de la Iglesia Universal y aclarar que, aunque se la ha definido como secta evangélica, nada tiene que ver con ellos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.