Otra bueyada más

¿Por qué habrá contratado la empresa toros de ganaderías descastadas en la dizque temporada de oro? Otra bueyada más convirtió el cartel de Año Nuevo en un espectáculo tedioso. Salvo el tercero, que desarrolló buen tranco, el común denominador del resto del encierro fue traer la cabeza alta, dar arreones en vez de embestidas y estar agarrados al suelo. El madrileño José Luis Bote pasó desapercibido por su excesiva, preocupación, al iniciar su labor en el último tercio al huidizo de la confirmación -que tumbó al picador Benigno Carmona- y por lo insulso de su trabajo con el marmolillo quinto. Está fuera de sitio y no nos explicamos su presentación en este coso. Manolo Arruza, en el incierto segundo, con la sarga trató de bajarle la cabeza e intentó torearlo por naturales, pero el medio recorrido del bicho no se lo permitió. El respetable lo trató con dureza.

Con el distraído cuarto se adornó en el tercer par de banderillas que realizó de dentro a fuera. Aunque salía suelto el cornúpeta por el izquierdo, logró el hijo del ciclón mexicano aceptables naturales. Pero el público no se lo agradeció. A este burel, el aupa Efrén Acosta, gallardamente le propinó ejemplar puyazo controlando el embate de la fiera.

Al fijo y noble tercero -aplaudido en el arrastre-Alejandro Silveti lo saludó pegado a tablas con tafalleras. Tras veroniquearlo con ritmo realizó galanamente un quite de gaoneras en las que expuso mucho. Inició un valiente trasteo en la soledad de los medios con un arriesgado péndulo (muletazo cambiado por la espalda) y, sin moverse, ligo pases por alto y dio otro péndulo más. Su reposado toreo en redondo tuvo temple y buen gusto, pero su tarea perdió continuidad al ser desarmado cuatro veces. Indignante fue la acción del montado Rodolfo Acosta, que al romperse la vara le metió la punta del palo en el agujero que le había hecho a la res brava.

Al bravucón que cerró plaza, Alejandro Silveti le instrumentó lucidas verónicas. Principió su que hacer con el trapo rojo con bellos estatuarios, que enhebró sin enmendar terreno. Después, sin quitarle la muleta de la cara, le engarzó una serie de limpios redondos. Como el oponente se escupía de la suerte por el izquierdo, el nieto del tigre de Guanajuato abrevió. Este ejemplar propinó un batacazo peligroso al varilarguero David Vázquez, que cayó debajo del caballo al que el morlaco le tiraba cornadas.

Aplausos para Cristina

Otros festejos del día 1 en México, según informa Efe: Guadalajara. La novillera española Cristina Sánchez sólo fue ovacionada en un novillo de regalo al presentarse en la plaza Nuevo Progreso. Cómo directora de lidia, en el primero escuchó palmas y cumplió sin pena ni gloria en el cuarto. Regaló un séptimo, para torear bien con el capote y realizar una faena entendida y con momentos que calaron.

Mérida. El rejoneador mexicano, Rodrigo Santos cortó tres orejas, siendo el absoluto triunfador de la corrida, en la que actuó mano a mano con su compatriota Octavio Sánchez.