El 'eurotrén' y los sin billete
A pesar del optimismo puesto de manifiesto en la cumbre de Madrid de la UE sobre la verificación del euro, es absolutamente absurdo pensar que ello pueda tener lugar en la fecha prevista. El único país que actualmente cumple los requisitos es Luxemburgo. Alemania, con sus casi dos billones de marcos de deuda pública, debe disponer de casi una cuarta parte de su presupuesto para los intereses. Aquí, en Berlín, el Senado debe pagar cada día 20 millones de marcos de intereses. En Alemania, tanto la inflación como la tasa de desocupados son estadísticas camufladas que no responden a la realidad. Las constantes subidas de los precios indican que el 1,7% de inflación oficial no es real. La tasa del 10% de desempleo no in cluye a los jóvenes sin trabajo, sin derecho a subsidio, por no haber cotizado. No incluye a las decenas de miles de personas que trabajan en programas estatales, con sueldo mínimo, limpiando bosques y jardines u otros quehaceres improductivos. Tampoco incluye a las muchas amas de casa que des pués de haber criado a sus hijos pretenden de nuevo incorporarse a la vida laboral. No obstante, España (la peseta) ha perdido en los últimos cuatro años el 35% de su valor con respecto al marco ale mán, lo que arroja luz sobre la situación de la economía española. Para sanear estas economías con vistas al euro sólo existen medidas draconianas, y lo que esto significa lo podemos ver en Francia. El fijar una fecha (1999) para la moneda única sin haber intentado,antes paliar la deuda es insensato. Sin esta fecha como espada de Damocles, sería la cosa más plausible. Paradójicamente, existe hoy ya, entre Luxemburgo y Bélgica, una moneda común. Mientras uno es el bastión de la estabilidad, el otro es un fuerte candidato a quedarse sin billete en el tren del euro. Por último, los pueblos de los países escandinavos, alemanes, británicos e incluso franceses no desean una moneda común con Portugal, España, Italia y Grecia por temores hasta cierto punto comprensibles.-
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