El Consejo Constitucional francés da luz verde a las reformas de Alain Juppé

A una extraña síntesis entre palmada en la espalda y tirón de orejas es a lo que equivale el dictamen que ayer dio a conocer el Consejo Constitucional (CC) francés respecto al plan del Gobierno de Alain Juppé de aplicar por decreto su reforma de la Seguridad Social. El CC también impuso modificaciones a la ley de Finanzas de 1996. El CC, al que se había dirigido la oposición, no ve en la urgencia extraparlamentaria del Gobierno, que quiere poder aplicar su nuevo impuesto -el llamado RDS (Reembolso de la Deuda Social)- a partir de mañana, ningún signo de inconstitucionalidad pero en cambio le reprocha al primer ministro Juppé que haya jugado con el Parlamento como un mago del suspense.

En concreto, el organismo constitucional considera que no es admisible haber hecho debatir a la Cámara baja un proyecto de ley que no contenía la modificación, de las pensiones de jubilación especiales, modificación que Juppé sólo descubrió una vez acabado el debate. El CC dice que "correspondía a la Asamblea Nacional pronunciarse sobre las disposiciones por decreto en el momento del examen del proyecto de ley de ratificación".

La Ley de Finanzas y las propuestas gubernamentales al respecto tampoco salen libres de críticas de su paso por el CC. Es más, dos de sus artículos, entre ellos el noveno, sí son considerados como no constitucionales porque suponen "una ruptura evidente de la igualdad entre contribuyentes". Los artículos en cuestión proponían una serie de facilidades fiscales destinadas a abaratar las donaciones y transmisiones de empresas. Para el CC no es justo que los empresarios se beneficien de una menor presión fiscal -un 50% menos- si este beneficio no se extiende a otro tipo de patrimonios transmisibles por donación o herencia.

Último escollo legal

Globalmente puede decirse que el CC da luz verde a los planes gubernamentales, pero antes ha multado al conductor por exceso de velocidad. Para Juppé, el trámite ante el CC era el último escollo legal a salvar -otra cosa es el escollo de los conflictos sociales, que amenazan con reaparecer tras la tregua navideña- antes de poner en marcha una reforma ligada a su futuro político.La oposición tampoco sale de rositas de esta visita al Constitucional. Socialistas y comunistas presentaron 7.700 enmiendas ante la Asamblea Nacional y 2.800 ante el Senado y sólo una ínfima minoría de ellas fue defendida y votada. La mayoría alegó que se trataba de una práctica obstruccionista que no respondía a una verdadera voluntad de debate, y halló un artificio de procedimiento para obviar el estudio de las enmiendas. La oposición denunció la inconstitucionalidad de ese artificio, pero el CC da la razón a la mayoría porque cree que la oposición traiciona el espíritu de la ley. El CC tiene como tarea ocuparse de que las nuevas leyes y reglamentos sean conformes con la Constitución francesa y también controla la regularidad de las elecciones presidenciales, de diputados y senadores, así como los referendos. Está integrado por nueve miembros, tres de ellos nombrados por el presidente de la República, otros tres por el de la Asamblea Nacional y los otros restantes por el del Senado.