Ardanza culpa a Aznar de estar bloqueando la iniciativa pacificadora del Pacto de Ajuria Enea

, El presidente del PP, José María Aznar, se llevó ayer un doble varapalo por su actitud política frente a ETA. Su anuncio de que si llega a gobernar modificará el Código Penal para que los terroristas "se pudran" en la cárcel -lo repitió ayer en Zaragoza- ha encrespado a socialistas y peneuvistas. Felipe González le ha emplazado a "tener la honradez" de reconocer que su propuesta exigiría modificar la Constitución. El lehendakari José Antonio Ardanza ha sido más contundente. Con esta actitud, dijo, no está dispuesto a convocar la reunión del Pacto de Ajuria Enea que pide el PP. En contra de lo que afirmó el miércoles el número dos de los populares, Álvarez Cascos, la tensión entre nacionalistas y populares no ha desaparecido.

En el Parlamento vasco llovió ayer sobre mojado. Los partidos el Pacto de Ajuria Enea exhibieron de nuevo en público sus discrepancias, dejando en evidencia la afirmación que la víspera había hecho Álvarez Cascos tras su entrevista con el ministro Juan Alberto Belloch: "En estos momentos no hay ninguna discrepancia que impida convocar el Pacto de Madrid". La jornada parlamentaria comenzó con el enfado del lehendakari, que dijo entre pasillos sentirse como "Penélope tejiendo" un acuerdo entre todos los partidos "mientras en unas horas otros lo destejen", en referencia a José María Aznar por considerar irrenunciable el cumplimiento íntegro de las peas de los terroristas. "Eso vulnera frontalmente la Mesa por la Paz", dijo José Antonio Ardanza.Citando todos los partidos del arco democrático daban por hecho que el Pacto de Ajuria Enea se reuniría, al igual que el Pacto de Madrid, a principios del próximo año, casi con toda seguridad después de la festividad de Reyes, la jornada de ayer se encargó de activar el freno de mano. El lehendakari advirtió, nada más llegar al Parlamento, que las condiciones para esa reunión prevista no se dan todavía. Ardanza, enfadado, culpó al presidente de los populares, José María Aznar, de torpedear el esferzo que su departamento está realizando para limar las diferencias políticas, fundamentalmente con el Partido Popular.

Aznar dijo el miércoles en el Congreso de los Diputados que en materia de pacificación considera irrenunciables dos puntos: cambiar el Código Penal para onseguir el cumplimiento integro de las penas de los terroristas no aceptar ningún principio de negociación. "Eso vulnera el sentido del Pacto de Ajuria Enea, conculca frontalmente el punto 9 del acuerdo original y además es una ilegalidad", declaró el presidente vasco. "Todo lo que había avanzado de positivo con vistas a esa reunión se me ha desmontado", dijo. "Estamos todos totalmente de acuerdo en la condena del terrorismo, pero discrepamos en las estrategias de paz". El lehendakari describió cómo se sentía con un alarde mitológico: "Me siento un poco como Penélope tejiendo", indicó, "y a las pocas horas otros van destejiendo".

Uno de "los otros", el presidente de los populares vascos, Jaime Mayor Oreja, le respondió pidiéndole que "no ponga excusas para evitar la reunión del Pacto de Ajuria Enea", y le subrayó que, de buscarlas, al menos "no lo haga dentro del PP". En su opinión, el presidente vasco no debería ver en su partido a un rival, y debería convocar a las formaciones a una cumbre sobre pacificación.

También el presidente del Gobierno, Felipe González, dirigió ayer sus dardos contra Aznar. Al término del Consejo de Ministros, González acusó al líder del PP de hacer "electoralismo" con su propuesta de cumplimiento íntegro de penas para los terroristas, y le instó a "tener, la honradez" de reconocer que ello implicaría reformar la Constitución. Aznar sólo dice en público que su propuesta comportaría la modificación del Código Penal, aprobado recientemente.

En opinión de González, cuestiones como el cumplimento íntegro de las penas o la "rehabilitación" de presos figuran en la Constitución, por lo cual una medida como la apuntada por el Partido Popular exigiría una reforma de la- Carta Magna, a la que se opondrían, dijo el presidente del Gobierno, tanto el PSOE como las fuerzas nacionalistas e Izquierda Unida.

González señaló que la Constitución es un texto refrendado "por la inmensa mayoría del pueblo español", y, aunque no está labrada en piedra", vaticinó que esa modificación "tendría algún tipo de problema". "Los terroristas", dijo, "merecen obviamente la máxima pena y el máximo desprecio, pero eso es una cosa y otra es saber que jugamos con piezas tan importantes como la Constitución y sus finalidades".

Añadió, además, que sería erróneo" introducir el terrorismo como elemento de debate en la campaña electoral, y se mostró contrario a introducir cambios en un Código Penal aprobado con "amplísimo consenso".