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Una menor violada ocultó su embarazo y abandonó a su bebé

Jan Martínez Ahrens

, El bebé descubierto en una cesta a la puerta de un chalé de Villalbilla (2.900 habitantes) el pasado miércoles 13 es fruto de la violación de una menor. Dos días antes, su madre -María, de 17 años- parió a la criatura en el baño de la casa de sus padres, en Corpa, de 350 habitantes. Nadie conocía el embarazo. La joven ocultó su estado por temor al supuesto padre de la criatura quien la violó, apaleó y amenazó repetidas veces, según la víctima. La policía ha puesto a disposición judicial a la madre y al presunto padre, Ismael M. G., de 19 años, quien niega las imputaciones.

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La madre y sus hermanos cuidaron del bebé en una bodega

VIENE DE LA PÁGINA 1La investigación policial se disparó cuando la comisaría de Coslada supo por una confidencia que la madre de la criatura vivía en Corpa, un municipio al este de la Comunidad. Al ser visitada por los agentes, la joven reconoció, entre sollozos, ser la madre de la niña abandonada. Tras ser conducida a un centro médico para su reconocimiento, la madre fue trasladada a la comisaría de Alcalá de Henares. Allí se llevó también a su hermano y hermana. El relato de la joven violada espeluznó a los agentes.

La madre, en sus declaraciones a los agentes, contó que había dado a luz sobre las tres de la tarde del 11 de diciembre en el cuarto de baño de su domicilio paterno. Sin ayuda. Los llantos de la criatura alarmaron al hermano de 18 años, quien descubrió a la pequeña. La cogió en brazos y la lavó. Al conocer la historia, propuso a María que le contase todo a los padres. Ella se negó.

Los hermanos decidieron entonces ocultar a la criatura en casa de una abuela anciana y enferma. El lugar: la bodega. Allí vistieron al bebé con ropa de su infancia y le prepararon biberones con una botella de cerveza. La hermana pequeña, de 15 años, también ayudaba a cuidar a la recién nacida.

Escondido en la mochila

Pese a la insistencia de los hermanos, la madre, por miedo a ser descubierta, se negaba a llevar a la criatura a un centro médico. Ante esta negativa, optaron por otra vía. El mayor y la hermana pequeña cogieron al bebé y lo sacaron del pueblo escondido en una mochila. El destino era la lujosa urbanización El Robledal. Ante la puerta semiabierta de un chalé dejaron al bebé, metido en una cesta de plástico, con una nota en la que se pedía que fuese examinado por los médicos. Antes de salir corriendo, llamaron al timbre de la vivienda. Minutos después volvieron sobre sus pasos para comprobar que la pequeña había sido recogida.

El miedo de la joven madre, sin embargo, no desapareció. Ante los agentes, la muchacha narró las vejaciones a las que había sido sometida. La primera se remontaba a finales de febrero, cuando vivía con su abuela, a la que cuidaba. Una noche, su novio, Ismael M. G., se presentó de madrugada en la casa. Aporreó con fuerza la puerta. Para evitar que la anciana despertase, María le hizo pasar. Ismael aprovechó para violarla y maltratarla. Pronto repitió. En marzo la forzó otras dos veces, no sin antes amenazarla de muerte con una navaja e incluso intentar estrangularla. María, presa del pánico, no se atrevió a presentar denuncia contra su compañero. Lo único que se le ocurrió fue regresar al domicilio paterno para evitar más ataques. En abril supo que sus entrañas albergaban una nueva vida, fruto de la violencia. Durante los siguientes ocho meses ocultó el embarazo con ropas anchas. El bebé permanece en un centro sanitario.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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