El arte de las tabernas
Las acuarelas de Ramiro Marrodán aglutinan a los artistas de la noche
El pintor Ramiro Marrodán (Tudelilla, La Rioja, 1948), graduado en viñas, noches, tabernas y cánticos, inauguró el miércoles una exposición en el café cantante Sunset Boulevard. Desde que en 1977 mostró por primera vez su obra, los bares acogen con reincidencia sus acuarelas. Hace un par de me ses expuso en el restaurante bar berlinés Lusiada, al que acude con sus bártulos desde 1986. También ha colgado lienzos en un local mítico de París, La Procope. Es perito en madrugadas internacionales. Buen degustador de los rincones secretos madrileños, toda su vida ha estado haciendo escapadas a Nueva York, París, Berlín, Oslo, Copenhague, Francfort, Hamburgo, donde el alba le suele sorprender haciendo guardia a pie de barra. Parte del año se recluye en su pueblo riojano para ejercer de viticultor y elaborador de caldos. Compagina el vértigo cosmopolita y los placeres de aldea.La fiesta de inauguración fue un conciliábulo fervoroso de músicos, escritores, camareros y noctámbulos redomados de toda laya. El pintor hizo correr con generosidad el vino de su propia cosecha.Uno de ellos es el escritor Ramón Irigoyen, que acaba de publicar Locos por el ejército (editorial Grupo Libro). Irigoyen define así a su paisano: "Marrodán se mueve en la galaxia más admirable, la de los vividores, esa gente especializada en el placer de vivir. El que haya nacido en La Rioja -una de las regiones en que mejor se vive- lo encauzó desde niño por esa vía. Es lógico que venda muy bien en Berlín, ciudad en la que se sale mucho de casa, algo que siempre gusta a un artista".
Por allí andaba también uno de los personajes más cimarrones de nuestras madrugadas, el cantaor gringo Pollito de California, que ofreció un recital desternillante. El cantante y compositor Ramón el Oso apareció vestido de oficial ruso de la guerra del XIV. Él ha acompañado al pintor muchas veces por Europa. Recuerda cómo se buscaban vida por las tabernas: "Ramiro, tocaba laúd. Le llamábamos El Tremolar de La Rioja. En cuanto le espoleas un poco, se enfanga en jotas de su tierra. La verdad es que lo suyo, más que cantar, era pasar la gorra, dicho sea sin menoscabo de su arte".Una constante en la obra de Marrodán son los ambientes tabernarios de Madrid: "Es una paleta caliente", dice. "Tengo fijación con la gente apoyada en la barra de las cantinas, que son los auténticos. La gente, cansada de pubs, vuelve a las tabernas clásicas. En algunas sirven vino excelente y barato. Ahí están Casa Paco, en Puerta Cerrada; La Quinta del Sordo, en la calle del Sacramento; La Taberna del Foro, en Malasaña; El 12, en Echegaray, frente a otro local clásico precioso, La Venencia".
Ramiro Marrodán expone en el bar Sunset Boulevard. Calle de Santa Teresa, 14. Hasta el 6 de enero. Precio de las acuarelas: de 40.000 a 100.000 pesetas.
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