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El Congreso vota hoy la Ley de Comercio tras dos años de tramitación

La Ley de Comercio vivirá hoy su jornada decisiva en el pleno del Congreso de los Diputados. Según el ministro de Comercio, Javier Gómez-Navarro, nada impedirá que el texto salga adelante y entre en vigor el próximo día 1 de enero. Esta normativa, que ha necesitado de más dos años de trámite parlamentario, ha suscitado una de la mayores polémicas económicas y sociales de los últimos años.

La norma que hoy se debate en el Congreso es una ley producto del consenso que ha presidido la actual legislatura entre el Gobierno del PSOE y CiU. La piedra angular de este texto, de amplia repercusión en la sociedad, es la proposición de Ley de Comercio que el grupo catalán presentó en el Parlamento en junio de 1993.Cuando el PSOE forma Gobierno en julio de ese año, el nuevo ministro de Comercio y Turismo, Javier Gómez-Navarro, se encuentra con un proyecto que juzga restrictivo y que supone un drástico cambio con la libertad comercial y de horarios que se había implantado en el año 1985 y que era el más liberal de Europa.

Luego, el PSOE firma un pacto político, con CiU y la Ley de Comercio se convierte en un barómetro de las relaciones Políticas de ambos grupos. La libertad o no de horarios comerciales ha sido el verdadero escollo de la Ley. Al final, y ante la imposibilidad de un acuerdo global, se ha optado por retrasar esa libertad total de horarios hasta el año 2001 y se ha dejado la puerta abierta para que sea el Gobierno central el que negocie con las diferentes comunidades autónomas el establecer la libertad total de horarios, o bien retrasarla en base a la realidad económica y social del momento.

Riesgos futuros

Dejar en manos de las comunidades autónomas la decisión sobre los horarios comerciales ha sido el gran debate final la transferencia. en la potestad sobre horarios sigue albergando el riesgo de que la ley sea denunciada ante el Constitucional por romper la unidad de mercado.

El Alto Tribunal ya ha emitido tres sentencias referentes aotras tantas regulaciones de comercio en Cataluña, Valencia y Galicia, y en todas ellas ha coincidido en afirmar que la regulación de los horarios comerciales es competencia exclusiva del Estado como "elemento integrante de la ordenación de la economía nacional".

El debate ha sido tan intenso que el texto legal debía haberse votado en el pleno del pasado jueves, y no fue así. El motivo es que los servicios jurídicos de la Cámara Baja han exigido que se efectúen dos votaciones. En una primera, se votará la ley en sí y para que salve el trámite solamente es necesaria la mayoría simple. Sin embargo, se producirá una segunda votación para los artículos y disposiciones transitorias de carácter orgánico -las que afectan a las competencias autonómicas-, que necesitan la mayoría absoluta, es decir, 176 votos de los 350 posibles.

El ministro de Comercio considera que es la ley más liberal posible en estos momentos y añade que en el sector del comercio trabajan dos millones de personas. A juicio de Gómez-Navarro, es un sector muy sensible y una revolución en los horarios podría dar al traste con muchos empleos. En el periodo que va desde ahora hasta el año 2001, el pequeño y mediano comercio debe adaptar sus estructuras para poder competir con las grandes superficies, el sector que se ha sentido más perjudicado ante la restricción de los horarios.

Desde varios sectores de la sociedad se ha criticado el texto por ser un producto de la "aritmética electoral y el pacto político". El presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia, Amadeo Petitbó, ha señalado que "supone un paso atrás cuando era uno de los pocos aspectos en los que íbamos por delante de los demás países de la UE".

Los medianos comerciantes, que se aglutinan en ARDE, han manifestado que es una "ley muy válida, porque pone freno al fuerte proceso de expansión en el mercado español de las multinacionales del comercio". Actualmente, el capital extranjero controla el 35% de la distribución comercial en España.

El pequeño comercio, en líneas generales, se ha pronunciado a favor de esta ley mientras que las grandes empresas de distribución han sido las más beligerantes en los aspectos centrales de la ley como son los horarios comerciales.

Pero la polémica no ha estado solamente en el mundo empresarial. La pasada semana, el ministro de Economía, Pedro Solbes, no se recataba al afirmar públicamente que esta ley "es restrictiva", lo que evidenciaba que ni siquiera el Gobierno mantiene una posición uniforme ante el texto.

Incluso dentro del propio PSOE se han oído voces críticas contra el texto por considerarle inspirado en la filosofía de CiU. Todo hace indicar, no obstante, que la disciplina de voto se impondrá.

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