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Juppe pide al país "un esfuerzo para la reconciliación"

Enric González

El Gobierno francés está dispuesto a hacer concesiones adicionales a los sindicatos, a cambio de la paz social. "No me da ningún miedo abordar la reducción de la jornada de trabajo", dijo ayer el primer ministro, Alain Juppé, refiriéndose a. la cumbre a tres bandas del próximo jueves. Durante una entrevista televisada, Juppé prometió que no habría nuevos impuestos, intentó mostrar que la crisis social le había convertido en un hombre más dialogante y pidió a todos "un esfuerzo por la reconciliación". "De este mal, de esta crisis, puede salir un bien: un mejor entendimiento entre todos. Mi auténtico objetivo", afirmó, "es que los franceses se sientan felices de vivir en Francia". Juppé, entrevistado en la televisión privada TF 1, citó los tres asuntos que, en su, opinión, debían centrar la -cumbre entre Gobierno patronal y sindicatos. Primero, el crecimiento económico, "que va, mal y con perspéctivas de empeorar, con lo que en l996", dijo, "podría no crearse empleo". Segundo, el empleo juvenil. El primer ministro no descartó la posibilidad de obligar a las empresas a emplear un cierto número de jóvenes. Tercero, la jornada laboral, que a su juicio podría reducirse, a lo que se opone la Confederación Nacional de Patronos Franceses (CNPF).Las explicaciones del primer ministro dejaron muchas zonas de sombra para la cumbre social que debería apaciguar la explosión de ira ciudadana, detonada por la reforma de la SeguÍda Social. Por un lado, no disipó preocupación de los empresarios que temían verse convertidos en las víctimas propiciatorias del conflicto. Por otro, afir mó que no podría hablarse de saIarios: "En el sector privado, es corresponde a la negociación entre empresarios. y sindicatos; en el sector público, la congelación de sueldos es irreversible y necesaria para reducir los déficit" explicó. Quedó en el aire la cuestión de cómo se podría hablar de reducir las horas - de trabaj:) si hablar simultáneamente de salarios y productividad. Juppé ya había convocado por carta a los sindicatos y a la CNPF, citándoles para el próximo jueves. El jefe del Gobierno reiteró en la misiva toda; su concesiones a los ferroviarios punta de lanza de la huelga: el contrato-plan para la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) quedaba "congelado" se hacía de, él tabla rasa, de manera que hubiera "el tiempo necesario para elaborar un nuevo texto en estrecha asociación con las organizaciones sindicales tras un largo debate, público como es normal para un text que afecta al porvenir de la SCNF".

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jacques Barrót, comentó que la carta dejaba zanjado el problema de los servicios públicos, aceptando, por e momento, la tésis sindical de que trenes, autobuses y metros deberían seguir en manos del Estado, con un estatuto especial y amparados frente a las normas comunitarias por una mención explícita en la Constitución.

Reacciones diversas

Marc Blondel, líder de Fuerza Obrera (FO, prosocialista)_se declaró satisfecho por el contenido de la carta:. "Me gusta, porque acepta que en la cumbre se hable de Seguridad Social", dijo Louis Viannet, secretario general de la Confedéración' General del Trabajo (CGT, procomunista), afirmó, por él contrario que en la misiva no había - "nada nuevo". "En el texto no se habla de protección social", se lamentó.El presidente de la patronal CNPF, Jean Gandois, volvió a mostrarse como el invitado más reticente.- "Los empresario; no podemos ganar nada", declaró "No veo interés en la reunión y mañana [por hoy] el consejo ejecutivo de la confederación decidirá si acudimos o no". Gandois consideró. "peligroso" que se abordaran "asuntos como la jornada laboral, sin la menor preparación y bajo la presión de huelgas y manifestaciones".

Las huelgas de transportes seguían remitiendo ayer, pero la normalidad tardaba en llegar. En algunos centros de la SPJCF se iba a esperar hasta el martes para decidir si se, volvía o no al trabajo. En la sociedad de transportes urbanos de París, la RATP, el tráfico de metros y autobuses era aún muy discontinuo y la dirección anunció que la jornada del lunes sería gratuita para los usuarios. En cuanto a manifestaciones, ayer fue el turno de los médicos. Unos, 3.000 de ellos, convocados por tres sindicatos liberales, se manifestaron en París.

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