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Entrevista:

"EI endurecimiento de ETA puede ser el error de los errores"

Partidario de iniciar un proceso por el reconocimiento del derecho de autodeterminación, una vía en la que confía que pueda darse la integración de HB, el presidente de Eusko Alkartasuna (EA) afirma que el marco político resultante debería tener al menos un respaldo similar al del estatuto. Lehendakari del Gobierno vasco hasta 1985 y desde entonces presidente de EA, define su proyecto de Estado vasco como "una unidad política en Europa homologable a lo que quede de los actuales estados, Dice, que para hablar con ETA hay que, tener "alguna garantía" de la voluntad del interlocutor.Pregunta. Su anuncio de que se retiraba de la presidencia de EA no se parecía, demasiado a los que acostumbran a hacer algunos líderes políticos cuándo quieren prefigurar el desenlace de sus congresos.

Respuesta. Mi convicción y mi propuesta era muy sincera. Llevo casi veinte años en medio de los torbellinos políticos de este país y cuando uno habla de renovación tiene que empezar a hablar de la propia, aunque sea, por pura coherencia. Mis compañeros sabían que iba en serio.

P. ¿Hasta qué punto EA es un partido que depende de Carlos Garaikoetxea?

R. Hombre, un partido que está en los gobiernos de la Comunidad autónomavasca y de Navarra y que cuenta con centenares de alcaldes y concejales es algo más que eso, ¿no?

P. En la ponencia política, elaborada por usted, se dice que la autonomía ya no despierta ilusiones y que la conciencia nacionalista languidece. ¿Significa que el estatuto ha dejado de ser válido para EA?

R. El estatuto ha sido devaluado; se concibió en otras circunstancias, cuando se atendían fundamentalmente dos problemas nacionales: el de Euskadi y el de Cataluña. Después ha sido sometido a un entramado de leyes básicas concebidas para 17comunidades de un Estado descentralizado regionalmente.

P. ¿Hay que deducir, por tanto, que el estatuto ha dejado de ser una referencia válida para EA, que ya no es su terreno de juego?

R. Decimos que hay que respetar y hacer respetar el estatuto en tanto la mayoría del pueblo vasco o de la comunidad vasca no apruebe otro instrumento. Añadimos a eso que no hay que dar saltos en el vacío y que hay que garantizar que la alternativa tenga como mínimo un consenso tan amplio como el que respaldó al propio estatuto.

P. Pero ya no creen en él; al igual que el propio PNV piensan que ya no es la referencia válida, que hay que promover.

R. Perdone, pero conviene no simplificar. Para nosotros sigue siendo marco o de referencia en tanto y cuanto es el marco jurídico político que tenemos que respetar. Efectivamente, el estatuto no responde a nuestras aspiraciones, ni creemos que mantenga hoy el equilibrio que supuso en su día, de acuerdo con las circunstancias en que se negoció y con la respuesta que pretendía dar a un problema nacional.

P. Lo que sí está claro, en todo caso, es que EA apuesta ahora decididamente por abrir un proceso dirigido a obtener el reconocimiento del derecho de autodeteríninación.

R. Por supuesto.

P. ¿La apertura de ese proceso en las actuales circunstancias no comporta el riesgo de tensionar aún más al País Vasco, de romper el consenso básico entre los partidos democráticos y el mundo de la violencia? ¿Creen ustedes en la necesidad de ese consenso básico?.

R. Nosotros nunca trataremos de superar una quiebra social creando otra mayor. Y repito que cualquier marco político nuevo debe tener como mínimo el mismo consenso que tuvo el estatuto.

P. ¿Puede establecerse un consenso político tan amplio en torno a al derecho de autodeterminación?

R. Debería ser posible, porque al fin y al cabo ese derecho significa resolver las cosas recurriendo a la expresión democrática de la voluntad popular. Desde luego, me parece mucho más racional que imponerlas por la fuerza, aunque sea por la fuerza de las leyes.

P. ¿La violencia terrorista no empuja hoy en esa dirección?

R. Pero el hecho de que haya violentos que tengan esa convicción o que disfruten del fútbol por ejemplo, no nos impide ser partidarios de la autodeterminación o disfrutar con el fútbol. Por el contrario a veces a los violentos- se les hace el regalo de ser abanderados de determinadas causas.

P. ¿Tiene sentido iniciar ese camino cuando no existe la voluntad de ejercer en un plazo previsible el derecho que se reclama?.

R. Ese será el problema de quienes quieren regar muchos tiestos al mismo tiempo. Nosotros somos partidarios del reconocimiento del derecho de autodetenninación y de su ejercicio.

P. ¿EA particularmente estaría dispuesta a comprometerse con un calendario en la mano?

P. Sí, dentro de un plazo razonablemente posible y teniendo en cuenta, claro está, que ha cuestiones. fundamentales y accidentales y que hay que evaluar la circunstancias políticas y la oportunidad.

P. ¿Ustedes proponen un Estado vasco propio de concepción clásica en contraposición a la de una soberanía difuminada e Europa?

R. Hombre, no hablamos de esas cosas del pasaporte, de la fronteras y de, la moneda. Somos europeos y no tenemos ningún interés en volver a esquemas decimonónicos. Queremos tener volver propia en la Unión Europea, que la representación de nuestros problemas no esté mediatizada por otros. Aspiramos, por tanto, a se una unidad política homologable a lo que quede de los Estado cuando exista una confederación o federación europea. Pero no tenemós intención de cerrar la fronteras vascas con alambre de espino ni con vallas electrificadas

P. ¿Cree que ETA abandona ría las armas si se reconociera e derecho de auto de terminación?.

R. Eso es lo que dice ETA, pero e EA nos propusimos, hace ya mucho tiempo, sostener nuestras ideas reivindicaciones' si mirar lo que dice ETA.

P. ¿Personalmente, cree que ETA aceptaría la voluntad mayoritaría de los vascos expresada en el referéndum de auto determúnación?

R.. No puedo hacer de futurólogo y tengo que remitirme a su declaraciones.

P. ¿Qué cree que está pasando en ETA-HB?

R. Mi impresión es que está endureciéndose para esgrimir fortaleza en un futuro diálogo. Puede ser el error de los errores.

P. ¿Por qué?

R. Porque se les pueda pasa la oportunidad, porque puede crear tal crispación que hagan imposible el diálogo.

P. ¿La negociación debe esta supeditada a una tregua?

R. Para hablar hay que tener alguna garantía de la voluntad del interlocutor y, evidentemente en este caso, la mejor garantía e que callen las armas. Lo que pasa es que estas cosas se pueden hace mediante la exigencia de una declaración explícita o constatando una situación de hecho.

P. ¿En cualquiera de los caso haría falta que no hubiera más atentados?

R. No digo más.

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