Chirac apoya a Juppé frente a la tormenta social que sufre Francia "porque no hay alternativa"

El presidente Jacques Chirac respaldó ayer, sin gran entusiasmo, a su primer ministro, Alain Juppé. Chirac expresó ante el Consejo de Ministros que mantenía su "confianza" en la política seguida por Juppé, por el hecho de que no existía "ninguna alternativa". El presidente reconoció ante sus ministros que la actual crisis hacía flaquear los sentimientos europeistas de sus ciudadanos y mantuvo abierta la posibilidad de un referéndum sobre la Unión Monetaria. Juppé, a su vez, fijó fecha, el 21 de diciembre, para el inicio de la "cumbre social" y anunció que él mismo la presidirá.

Chirac ha sido hasta ahora, el gran ausente de la crisis social francesa,. En las filas de su propio partido, la Reagrupación Para la República (RPR), se critica que haya dejado a su primer ministro solo ante la tormenta y que no haya comparecido en televisión para explicar a sus conciudadanos la necesidad de las reformas, como lo hizo el martes para anunciar la liberación de los dos pilotos apresados por los serbios de Bosnia.El presidente ha optado por la prudencia. Por dos veces ha expresado su apoyo a Juppé pero en ambas ha optado por hacerlo en la privacidad del Consejo de Ministros. Es el portavoz gubernamental, Alain Lamassoure, quien se encarga luego de transmitir la "total sintonía" entre Chirac y Juppé. Ayer, el presidente afirmó que confiaba en la política trazada por Juppé "simplemente porque no hay otra, no hay alternativa". "No hemos sido elegidos para organizar el declive de Francia" , dijo; "por tanto, hay que mantener el rumbo".

El Consejo de Ministros de ayer fue dedicado en su mayor parte a analizar la crisis despertada por el rechazo a los planes de reforma de la Seguridad Social y ampliada por un malestar social acumulado durante años. La incertidumbre sobre el desenlace del conflicto era mayor que nunca. Por un lado, se observaba una creciente debilidad en el movimiento huelguístico, hoy ya en su jornada número 21. Por otro lado, en las gigantescas manifestaciones del martes se percibieron síntomas de politización del movimiento: se sumaron muchas organizaciones cívicas y, sobre todo, brotaron consignas espontáneas contra Chirac y Juppé.

Las manifestaciones convocadas para el sábado por los sindicatos Confederación General del Trabajo (CGT), Fuerza Obrera (FO) y Federación Sindical Unitaria (FSU), con un llamamiento a. la "ampliación del movimiento", serán nuevamente cruciales para constatar si la protesta sigue creciendo como hasta ahora y hacia dónde evoluciona. Los partidos de oposición, socialista y comunista, dudan sobre si sumarse a la convocatoria o mantenerse al margen. El portavoz parlamentario del Partido Socialista, Laurent Fabius, afirmó ayer que no exigía la dimisión de Alain Juppé y que prefería "no echar leña al fuego".

La explosión social inquieta tanto a la izquierda como a la derecha. "El interés del país, el de todos, es que la crisis termine", declaró la socialista Martine Aubry. "Hace falta reformar la Seguridad Social; en eso estamos de acuerdo todos. Juppé debería negociar sus planes de reforma y calmar la situación", agregó Aubry.

Ante el, Consejo de Ministros, Chirac reconoció sin ambages, que la crisis francesa podía tener consecuencias europeas y que para muchos, los criterios de convergencia fijados en Maastricht obligaban a un rigor presupuestarío excesivo. "Con Maastricht o sin él, el endeudamiento y el déficit presupuestarios son excesivos y hay que reducirlos", afirmó Jacques Chirac.

Consulta sobre Europa

El ministro de Asuntos Europeos, Michel Barnier, explicó en la Asamblea Nacional que el presidente no excluía "una nueva consulta sobre Europa, en un momento en que los diputados se hacen eco del euroescepticismo creciente de los franceses". Un portavoz del Elíseo precisó a este periódico que la posibilidad de un referéndum antes de la Unión Monetaria seguía "abierta". "El presidente ya habló de ello en la campaña electoral, y, por supuesto la opción de celebrar una consulta no ha sido descartada, pero tampoco es seguro que se haga", explicó el portavoz. En cualquier caso, según el ministro Barnier, Chirac afirmó que había que "explicar mejor Europa y darle una nueva dimensión sociál"

Juppé dedicó la tarde a recibir a las personalidades de su grupo parlamentario para explicarles por qué se negaba a retirar su plan' de reforma de la Seguridad Social y para pedirles su apoyo. El ex primer ministro Édouard Balladur, que en público guarda distancias frente a Juppé y en privado le critica abiertamente, afirmó a su salida de Matignon que él prefería "negociarlo todo siempre".