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Pujol admite que necesita apoyos para gobernar se ofrece para pactar con la oposición

Jordi Pujol ha acusado recibo del rejón que le clavó la oposición en bloque al arrebatar a CIU la presidencia del Parlamento catalán. El líder nacionalista y candidato a residir por quinta vez el Gobierno catalán admitió ayer en su discurso de investidura que necesitará apoyos de la oposición para gobernar y subrayó su voluntad de negociar para aproximar posiciones. Fue una intervención plana, sin aristas, trufada de guiños a la oposición y lo suficientemente genérica para no cerrar ninguna puerta al diálogo. Pujol lamentó que el "hecho diferencial" catalán no se entienda en el resto del Estado. "España ha de revisar esa actitud", afirmó. También llamó a los partidos catalanes a contribuir a ello.

Pujol empezó y terminó su discurso de 75 minutos ante el pleno del Parlamento del mismo modo: reconociendo que la aplicación de su programa de gobierno requerirá la consecución de apoyos parlamentarios entre los grupos de la oposición y expresando su disposición al diálogo.El líder de CiU, que desde 1980 no se había visto en la necesidad de recabar apoyos parlamentarios para gobernar, se cuidó de señalar ayer que su voluntad de aproximación a los demás grupos se materializará a partir del programa nacionalista no olvidó en ningún momento que CiU fue la fuerza más votada en las elecciones autonómicas, con el 41% de los sufragios.

Pujol evitó precisar el alcance, la envergadura y el calendario de los acuerdos que pretende alcanzar con la oposición. Aunque sí dejó entrever con claridad meridiana que esa negociación difícilmente se producirá o fructificará antes de las elecciones legislativas previstas para el próximo marzo, cuyos resultados condicionarán en buena medida la política de pactos de CiU. Refiriéndose a eventuales acuerdos, Pujol dijo: "CiU y yo mismo somos los primeros en desear que, llegado el momento, de un modo u otro que ahora no puedo prever, se produzcan".Guiños: a la oposición

La intervención de Pujol estuvo trufada de guiños a los grupos de la oposición, especialmente dirigidos al PSC, el PP y ERC. Esta última formación, no obstante, los calificó de "decepcionantes". Aludió a los partidos de ámbito estatal (socialistas y conservadores) al afirmar que Cataluña no debe limitarse a salvar su identidad nacional, sino que también debe ser un "motor principal" de España.

Pretendió aproximarse al PSC al suscribir una tesis del líder laborista británico, Tony Blair, y al constatar los problemas financieros de los ayuntamientos y mostrarse dispuesto a debatir sobre este asunto. En relación a la política lingüística de la Generalitat, no lanzó un solo reproche expreso al PP, autor de la ruptura del consenso lingüístico en Cataluña.

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Y también hizo guiños a ERC al señalar que, aunque ni él ni la coalición nacionalista son partidarios de esa vía, no descarta al ciento por ciento una eventual reforma del Estatuto para aumentar el nivel de autogobierno de Cataluña, si esto último no fuera posible por la vía de la negociación dentro del marco estatutario y constitucional vigente.,

Aunque el PSC y el PP advirtieron aspectos "positivos" en el discurso del político nacionalista, ningún partido de la oposición votará hoy a favor de la investidura de Pujol como presidente. Este necesitará ir a una segunda vuelta, el sábado, en la, que tendrá bastante con los votos de su grupo y la abstención de un partido de la oposición.

Sólo IC anunció expresamente que su voto será negativo. Los conservadores se abstendrán y los socialistas probablemente harán lo mismo. ERC se inclinaba ayer por el voto negativo, aunque en las filas republicanas no se descartaba la posibilidad de la abstención. Pujol reclamó mayores cotas de autogobierno para Cataluña: y defendió el método de la negociación gradual y sistemática" dentro, del marco constitucional para conseguirlas. Se apoyó en Ios dos años de colaboración entre el PSOE y Convergència i Unió para avalar la validez de dicho método, pero advirtió veladamente que si la puerta de la negociación quedase "definitiva e irreversiblemente cerrada" con futuros gobiernos de España, CiU podría optar por reclamar la reforma del Estatuto. Con todo, Pujol terminó su discurso con una nota optimista: "Creo que la sociedad española está entrando en una etapa que le hará las cosas más fáciles a Cataluña".

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