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El Estado necesitará 1,43 billones de pesetas en 1996 para afrontar gastos comprometidos

Casi un billón y medio de pesetas (1,43 billones) necesitará el Estado el año que viene para afrontar gastos comprometidos, como son los intereses de la deuda o la subida de los sueldos de los funcionarios y de las pensiones. En los ingresos, la recaudación será inferior en 60.000 millones de pesetas a la cifra que figura en el proyecto de Presupuestos de 1996, al no incluir el decreto ley de prórroga todo lo inicialmente previsto. Lo que sí se contempla es la actualización de la tabla de retenciones del IRPF, que se aplicará a partir de 1,071 millones de pesetas (1,035 en 1995).

Tras el rechazo por el Parlamento del proyecto de Presupuestos para 1996 enviado por el Gobierno a finales de septiembre pasado, se prorrogará el Presupuesto de 1995, tanto en las cifras correspondientes a ingresos y gastos como en las normas previstas en la Ley de Presupuestos de ese año. En los ingresos, la cantidad inicial de 1995 no es relevante es estos efectos, ya que se trata de previsiones de recaudación. En gastos, se prorroga la cifra inicial de 1995 (17,326 billones de pesetas), sin tener en cuenta el recorte de 150.000 millones llevado a cabo al principio de 1995. En cambio, se restan 23.400 millones correspondientes a programas cuya ejecución era anual, lo que sitúa el punto de partida de 17,303 billones.Esta última cantidad sería suficiente para cumplir el objetivo de déficit previsto en el programa de convergencia para 1996 (3,4% del PIB para el Estado), si no fuera por los gastos adicionales que el Gobierno debe asumir pese a no existir un nuevo presupuesto. Se trata de los intereses de la deuda pública (555.200 millones de pesetas), pensiones (31.300 millones), sueldos de los funcionarios (82.700 millones), pagos a la Unión Europea (38..100 millones), comunidades autónomas y ayuntamientos (297.700 millones), Sanidad (378.900 millones) y otros (entre 13.200 y 46.200 millones). Con todo ello, la cifra de gastos para 1996 se elevará a unos 18,733 billones de pesetas.

Todos estos compromisos figurarán en el decreto ley de prórroga que aprobará el Gobierno en el último Consejo de Ministros del año, salvo que se trate de créditos ampliables o extraordinarios (sanidad, deuda pública, comunidades autónomas y ayuntamientos) que se instrumentarán como tales.

En cuanto a los ingresos, la situación es la contraria. Es decir, hay normas previstas en la Ley de Presupuestos y en la de Acompañamiento para 1996 que no se pueden aplicar, lo que significará un descenso de hasta 60.000 millones en la recaudación. Frente a una cifra inicial estimada para 1996 en 15,322 billones de pesetas, ahora se sitúa en 15,262 billones. En esta previsión no está incluido el efecto de un menor crecimiento económico, ya que se está a la espera de los datos del tercer trimestre. Fuentes de Economía sitúan la nueva estimación en algo más del 3%, pero menos del 3,4% que figura en frustrado proyecto de Presupuestos para 1996.

Lo que sí se incluye en ese decreto de prórroga es la actualización de la tabla de retenciones del impuesto sobre la renta que se aplicará a partir del 1 de enero para las del trabajo dependiente. La nueva tabla se reduce en un 3,5% para evitar que las subidas salariales supongan mayores retenciones.

Recorte capítulo a capítulo

., Los mayores gastos y los menores ingresos han elevado hasta 901.200 millones el ajuste presupuestario. Si no se produjera este recorte, el déficit no financiero del Estado se situaría en 3.1471 billones de pesetas y hay que situarlo en 2,569 billones para cumplir el programa de convergencia.

El recorte se llevará a cabo capítulo a capítulo mediante la fórmula de declarar no disponibles las diferencias entre lo que figuraba en el Presupuesto inicial de 1995 y el previsto para 19,96, cuyas cantidades son por lo general inferiores.No se aplicará, por tanto, un ajuste por programas, ya que ello supondría tanto como hacer un nuevo presupuesto. Si después a los ministerios les falta o sobra podrán hacer modificaciones internas. Sí se sabe, además, de dónde no se puede cortar (véase gráfico).

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