Emerge en España un nuevo adicto de LSD, droga de diseño y alcohol en fines de semana
Los protagonistas son jóvenes sobre los 23 años, según la Memoria del Plan Nacional
Un nuevo drogadicto de fin de semana emerge en España, mientras aparentemente se estabiliza el consumo de heroína y cocaína, según la Memoria del Plan Nacional sobre Drogas de 1994, presentada ayer en el Senado. Son jóvenes en torno a los 23 años que ingieren combinados, alcohol, drogas de diseño y anfetaminas y que han recuperado el LSD, el tripi de la cultura psicodélica. "Estamos ante una página por escribir para no cometer errores anteriores como lo ocurrido con la heroína y el sida", advirtió el secretario de Estado para el Plan Nacional, Carlos López Riaño.
López Riaño se refería al coste social y humano que ha supuesto la tardanza, reconocida por las propias autoridades, en tomar medidas paliativas contra el consumo de drogas por via intravenosa. Por este motivo, España ostenta hoy un triste liderazgo europeo con el mayor número de drogadictos enfermos de sida, o infectados, con una tasa de 486,2 por millón de habitantes. Italia el país que le sigue, tiene casi la mitad.Las consecuencias de las nueves drogas aún no se conocen, reconoció López Riaño, pero recomendó encender ya la luz roja. El primer lugar, "porque se pueden fabricar fácilmente y esto va a cambiar las pautas tanto de consumo como del tráfico. No sólo van a poder producirla los narcotraficantes, sino cualquier persona con unos mínimos conocimientos y sencillos utensilios", subrayó.
Los nuevos patrones de consumo son una mezcla de alcohol, drogas de diseño tan variadas como combinaciones moleculares posibles, anfetaminas y ácidos alucinógenos. Según una encuesta llevada a cabo por el Plan Nacional sobre Drogas durante 1994, el mítico LSD ha sido en 1994 más consumido entre los estudiantes de 14 a 18 años que las drogas de diseño. Y eso que éstas, a juzgar por el extraordinario crecimiento de los decomisos (más de 300.000 pastillas en 1994), se encuentran bastante extendidas entre los jóvenes.
Según la memoria, las drogas de síntesis llegan hoy a España por vía aérea o terrestre desde laboratorios clandestinos de Holanda, Reino Unido, Polonia Alemania y, República Checa. Sus consumidores se encuentran entre los 19 y los 25 años. Se trata de un movimiento ligado a los fines de semana y a los lugares de diversión donde se escucha música bakalao o tecnomáquina. Por 1.500 o 2.000 pesetas a lo sumo, los jóvenes adquieren fidodidos (en referencia a un personaje de cómic), tapones, tanques, delfines, pájaros o cacharros, según los diversos nombres, colores y tamaños de las pastillas.
La sorpresa es lo que pueden contener, revela la Memoria. El análisis de una de las muchas muestras que circulan por las discotecas reveló la presencia de un 40% de éxtasis, un 40% de otros derivados anfetamínicos -algunos de ellos todavía desconocidos en España- y un 20% restante de sustancias como cafeína, ácido acetilsalicílico (aspirina) e incluso antibióticos. El desconocimiento aún del mercado de estas sustancias ha obligado a la creación de una sección especial dentro de la Unidad de Estupefacientes de la Policía.
Todas estas sustancias se combinan los fines de semana con una buena dosis de alcohol, aunque López Riaño rechaza que exista en España una plaga de alcoholismo juvenil. De hecho, en la, encuesta escolar del Plan Nacional en 1994 ha disminuido hasta el 37,5% el número de estudiantes que toman alcohol semanalmente.
La heroína y la cocaína parecen estabilizadas tanto en las cifras de decomisos como en la demanda de nuevos tratamientos, si bien los datos de la segunda droga despiertan recelos hasta en la propia Administración. No se reflejan sanitariamente las expectativas de daño ligado a la cocaína que se auguraban años atrás. López Riaño ofrecía tres explicaciones: o los efectos se verán a más largo plazo, o los consumidores controlan su uso, o se desintoxican en centros privados.
Con todo, la droga reina en España a todas las edades es el cannabis o hachís. Sus decomisos crecieron en 1994 un 37%. En España se decomisa al año tanta cantidad de esta droga como en toda la UE junta.
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