El peligro balcánico
Los analistas señalaban antes del sorteo que Yugoslavia convertiría a su grupo en el más peligroso. Relegada al puesto 80º en la clasificación de la FIFA, Yugoslavia ha pagado su aislamiento durante los últimos cuatro años, pero el talento no ha dejado de crecer en uno de los territorios más fértiles que ha dado el planeta del fútbol. La escisión de la República Checa y Eslovaquia, los dos otros rivales significativos del grupo de España, también han pagado el peaje de los problemas políticos. La escisión ha rebajado su nivel, aunque los checos se han clasificados para la Eurocopa 96.Yugoslavia. La enumeración de estrellas sirve para medir la calidad de Yugoslavia. Savicevic (Milan), Mijatovic (Valencia), Mihailovic (Sampdoria), Djukic (Deportivo), Sabo Milosevic (Aston Villa), Stosic (Betis), Brnovic (Espanyol) o Jokanovic (Tenerife) son la brillante fachada de una selección que también se nutre con las jóvenes estrellas de la Liga yugoslava, como el delantero centro Kovacevic, recién llegado al Estrella Roja de Belgrado. El reto del seleccionador Slobodan Santrac, 49 años, es impedir que la diáspora afecte a la solidez del equipo. El talento sobra, pero uno de las mayores carencias de Yugoslavia ha sido su dificultad para brillar en los grandes acontecimientos. Su paso por los Mundiales ha sido decepcionante, siempre por debajo de las expectativas que genera una selección siempre trufada de estrellas. Pero el desafío de volver a colocar a Yugoslavia en el mapa puede actuar como motor para el equipo. Sus señas de identidad son las habituales del fútbol balcánico: gente habilidosa, con grandes recursos para manejar la pelota y, con una abierta vocación atacante. España se ha medido dos veces con Yugoslavia en su carrera hacia los Mundiales. En 1974, cayó eliminada tras recibir un gol del central Katalinski. Cuatro años después, un gol de Rubén Cano en el estadio del Estrella Roja le dio el billete a España para el Mundial 78.
R. Checa. Los checos jugarán la fase final de la Eurocopa, un síntoma de progreso después de los años discretos que obtuvieron tras el Mundial de Italia 90. Lo más meritorio fue el triunfo sobre Holanda (34) en Praga. Siempre ha sido un país con una buena tradición futbolística. Finalistas del Mundial 62 y vencedora en la Eurocopa 76, la antigua Checoslovaquia ha dado futbolistas de renombre. Ahora la nómina es más corta. Sus figuras más destacadas son Happal (Tenerife), el poderoso Skuhravy (recientemente traspasado por el Génova al Sporting de Lisboa) y la pareja del Kaiserslautern: el central Kadlec y el dinámico Kuka, el principal goleador de la selección checa.
Eslovaquia. Mientras la República Checa ha salido bien librada de la escisión de la antigua Checoslovaquia, los eslovacos han tenido más problemas para armar un buen equipo. La selección descansa sobre los dos conjuntos de Bratislava: Slovan e Inter. Pero sus dos principales futbolistas Dubovsky y Moravcik militan en equipos extranjeros. Dubovsky tiene la virtud de reservar su mejor juego para la selección, donde marca goles con frecuencia. Moravcik (Saint Etienne) es un centrocampista laborioso.
Islas Feroe. El pequeño estadio Fodtir (5.000 espectadores) está situado sobre un acantilado. Apenas hay espacio en las Feroe, unas islas cercanas al círculo polar que apenas tienen tradición futbolística. Su mayor hazaña fue la victoria frente a Austria en la fase de clasificación para la Eurocopa 92. Su entrenador es el danés Allan Simonssen, antiguo extremo del Barcelona.
Malta. Habitual convidado de piedra en los partidos de clasificación. En España siempre será recordada como la víctima del 12-1 que clasificó a la selección para el Mundial 86.
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