La nave "Galileo" entrará en órbita del planeta Júpiter tras seis años de viaje
Una sonda caerá en la atmósfera del planeta y se suicidará al cabo de una hora
Tras un viaje de seis años, en el que ha recorrido 3.700 millones de kilómetros, la misión espacial Galileco está a punto de inaugurar una nueva era de la exploración espacial cuando, el próximo jueves, se sitúe en órbita de Júpiter. Poco antes, una sonda habrá penetrado por primera vez, en la atmósfera del planeta gigante, suicidándose en su interior. La nave, que ha sufrido varios problemas técnicos, observará Júpiter durante dos años. Las estaciones de la NASA incluida la de Robledo de Chavela: (Madrid), están preparadas para las críticas operaciones que se avecinan.
El encuentro de la Galileo con el planeta gigante es la culminación de un programa científico iniciado hace casi 20 años. cuyo objetivo es investigar el sistema de Júpiter y sus lunas, lo que puede revelar importantes pistas acerca de la formación y evolución del Sistema Solar. La nave está ahora a 960 millones de kilómetros de la tierra y sus señales tardan 52 minutos en llegar hasta aquí. El próximo jueves, la nave encenderá sus motores para colocarse en órbita del planeta. Poco antes habrá recibido los datos enviados por la sonda suicida que habrá sobrevivido una hora o poco mas en su descenso a través de la misteriosa atmósfera de Júpiter antes de destruirse en las condiciones de intenso calor y altas presiones de las nubes jovianasEste artefacto, con siete instrumentos científicos pero sin capacidad de transmisión directa de la información a la Tierra, se separó de la Galileo el pasado mes de julio para realizar por primera vez, una caída libre en Júpiter con paracaídas. Los datos tomados durante el descenso de la sonda acerca de la composición química de las varias capas de nubes, los vientos, las presiones y las temperaturas, serán almacenados en la nave Galileo y enviados a la Tierra a finales de diciembre; las primeras imágenes no llegarán hasta finales de la primavera próxima.
La nave, que, si no logra encender los motores el jueves. para desviarse, tendrá un destino inmediato similar al de la. sonda de descenso atrapada por Júpiter, empezará un ciclo de observación que incluye aproximaciones a tres de las 16 lunas del planeta gigante (Ganímedes, Calisto y Europa) y toma de imágenes de los volcanes en un cuarto satélite natural, Io.
En diciembre de 1997, cuando la Galileo haya culminado sus 16 experimentos, científicos y haya gastado todo su combustible se perderá dando por terminada una misión que habrá costado 1.354 millones de dólares (unos 160.000 millones de pesetas).
Sorpresas
"En el sistema de Júpiter, con varias lunas, con su intenso campo magnético y sus enjambres de polvo y partículas cargadas, la misión Galileo descubrirá nuevos indicios sobre cómo se formaron el Sol y los planetas y cómo continúa, su interacción y evolución" ha explicado. Wesley Huntress, experto en ciencia espacial de la NASA. En el Jet Propulsion Laboratory (JPL), en California, donde está la dirección de la misión, el científico principal de la misma, Torrence Johnson; describe el momento actual como "de comerse las uñas" y comenta: "No puedo imaginarme, dos años en órbita sin encontrar cosas de Júpiter completamente sorprendentes e inesperadas".
Júpiter es 318 veces más masivo que la Tierra y 1.400 veces más voluminoso, pero es sólo la cuarta parte de denso ya que está compuesto sobre todo de hidrógeno y helio, Es el quinto planeta desde el Sol y se reconoce por, las bandas de su atmósfera superior y su gran mancha roja, un enorme huracán de tamaño equivalente a tres veces la Tierra.
Con la antena de 70 metros de diámetro de la estación de Robledo se está siguiendo a la Galileo desde hace 2.245 días, es decir, desde su lanzamiento. Este dentro de la NASA en Madrid forma parte de la Red del Espacio Profundo (DSN) con otras dos estaciones en CaIifornia y en Australia, para garantizar la cobertura constante de ésta y otras misiones espaciales.
Capacidad mermada
El sábado pasado, la Galileo, entró en el gigantesco campo magnético que rodea a Júpiter, pero no enviará a la Tierra los datos correspondientes hasta hoy. La grabación de información a bordo de la nave y su envío se han complicado enormemente en la misión puesto que la antena principal a bordo de este vehículo de 2.223 kilos y 4,5 metros de altura no se, desplegó completamente tras su lanzamiento y la capacidad de transmisión de datos está muy mermada. Hace pocas semanas, un problema con una grabadora de a bordo dió otro susto a los científicos, pero finalmente funciona
Con todo ello la cosecha científica dé la misión Galileo será menor de lo planeado, se recibirán menos imágenes tomadas con sus cámaras y los datos llegarán con cuentagotas, pero los científicos confían aún en el éxito rotundo si todo va bien a partir de ahora.
El pasado mes de agosto, la Galileo se encontró con una densa tormenta de polvo interplanetaria. Los especialistas creen que estas partículas de polvo, que no han dañado a la nave, proceden de un volcán de dos leves anillos que rodean el planeta o de los impactos del cometa Shoemaker-Levy cuyos fragmentos chocaron contra Júpiter en 1994.
Para llegar a Júpiter, la Galileo ha seguido una trayectoria complicada tomando impulso gravitacional en la Tierra y en Venus para catapultarse hacia los planetas exteriores del Sistema-Solar.
La sonda que entrará el jueves en la atmósfera de Júpiter tiene una masa de 338 kilogramos, de los cuales 28 corresponden a instrumentos científicos. Entre ellos está uno para verificar la existencia de rayos en Júpiter y medir las partículas energéticas de la magnetosfera interna.
Por su parte, la nave que permanecerá en órbita. del planeta pretende, entre otras cosas, determinar la masa y la órbita de Júpiter y sus satélites: y medir su estructura atmosférica. Lleva espectrómetros, detector, de plasma, radiómetros, equipos de infrarrojos y una cámara de estado sólido.
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