Meciar estrecha el cerco

El pulso entre el primer ministro Vladímir Meciar y el presidente Kovac, llegado ya a la abierta crónica negra, acabará necesariamente con uno de los dos contendientes -antiguos aliados en el gobernante Movímiento para una Eslovaquia Democrática- que personifican los extremos de la realidad política del pequeño país centroeuropeo.La última fase de la violenta inquina desarrollada por el jefe del Gobierno se remonta a marzo de 1994, cuando el presidente propició la segunda destitución partamentaría de Meciar, bajo acusaciones de corrupción en el proceso privatizador.

Meciar, ganador por amplio margen de las elecciones de octubre de 1994, se ha desde entonces arrojar como sea a Michal Kovac de la jefatura del Estado. El 19 de septiembre pasado, la coalición de Gobierno eslovaca intentó que el presidente abandonara, al alegar que estaba "traicionando a la nación". El primer ministro Meciar, popular y Populista, pretendere formar, la Constitución para hacerse a la medida un cargo presidencial: a la francesa, con poderes difícilmente controlables en un país cuyas estructuras democráticas todavía balbucean. Sus acusados procedimientos autoritarios le han valido recientemente muy serias advertencias de la Unión, Europea y Estados Unidos. Eslovaquía pretende integrarse en la Unión Europea y en la OTAN. El cerco impuesto por VIadímir Meciar a su enemigo no deja flancos. En los presupuestos para 1996, que se votarán este mes, el gabinete del primer ministro casi triplica su partida de gastos sobre 1995. A la presidencia de Eslovaquia, por el contrario, se le recorta en un 20% el presupuesto. Con alrededor de 400 millones de pesetas para el año próximo, la jefatura del Estado tendrá que empezar a preparar ya la lista de despidos.