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Arco iris electoral ruso

Una lista de 43 bloques políticos compite en los comicios legislativos del próximo día 17

Pilar Bonet

Todos los colores del arco iris político -y otras gamas de intereses difíciles de clasificar, desde los aficionados a la cerveza hasta los inversores engañados por los fondos financieros fraudulentos, pasando por las "víctimas de la Administración"- tienen su lugar en la apabullante lista de 43 bloques que competirán en las elecciones a la Duma Estatal de Rusia (la Cámara baja del Parlamento) el próximo 17 de diciembre.La proliferación de alternativas, que contrasta con el régimen de partido único imperante en la época comunista, revela que en la sociedad rusa, en plena metamorfosis, no ha comenzado aún el proceso, de consolidación de intereses emprendido en los países ex socialistas de la Europa del Este. Y ni siquiera el triunfo del partido comunista de Guennadi Ziugánov -que con gran ventaja respecto a todos los demás es considerado el favorito- sería comparable al retorno de las izquierdas en la Europa del Este, ya que la tradición rusa encaja mal en las hormas socialdemócratas europeas.

De acuerdo con una polémica ley electoral puesta en entredicho hasta el Último momento por una parte de los inseguros contendientes, la mitad de los 450 escaños de la Duma se adjudica por sistema proporcional en una circunscripción estatal única (listas de partidos cerradas) entre la! formaciones que logren superar el listón del 5% de los votantes. Los otros 225 escaños se reparten por sistema mayoritario de una sola vuelta en circunscripciones uninominales.

Éstos son, los primeros comicios normales que se celebran en la Rusia poscomunista, ya que los anteriores -organizados por decreto presidencial en diciembre de 1993- se dieron en una situación muy tensa, sobre el telón de fondo del cañoneo a la Casa Blanca y la disolución del anterior Parlamento (el Sóviet Supremo). En aquel entonces concurrieron 13 asociaciones y partidos políticos, de los cuales ocho pasaron el listón del 5%. Sin embargo, una significativa parte de la oposición radical -que ahora compite libremente- había sido excluida de la contienda, y algunos de sus líderes estaban encarcelados, como el ex vicepresidente de Rusia Alexandr Rutskói, qué se ha lanzado al ruedo con la vista puesta en la presidencia del Estado en 1996.En 1993, la falta, de rivales dio una oportunidad única al Partido Liberal Democrático (PLD) del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, que fue la formación más votada. Los expertos pronostican que el PLD no repetirá su proeza ahora que la oferta nacionalista -aglutinada en torno a divisas como "patria" o "Derzhava" (gran Estado)- da amplia cabida a las diversas nostalgias imperiales, desde la reconstrucción de la URSS (con una tecnología supuestamente pacífica que nadie revela hasta la creación de una entidad nueva con los materiales de derribo soviético.

Sólo una mínima parte de las formaciones en liza pueden ser consideradas como partidos estructurados, siendo el más importante el partido comunista, que cuenta con medio millón de militantes y mantiene los hábitos y la disciplina de organización del pasado, aunque carece de su antiguo patrimonio material y se resiente de la falta de nuevas generaciones. La mayoría de los autoproclamados partidos son grupos de intereses o de funcionarios que carecen prácticamente de militancia y base regional. A grandes rasgos, el panorama político que se ha configurado en estos dos años es el siguiente:

Centro. En esta zona navega en solitario Ivárt Ribkin, el jefe de la_Duma, al que se auguraba una brillante Carrera antes de que Yeltsin le hiciera un favor de oso por utilizar una expresión rusa, al anunciar publicaImente que Ribkin participaba como "opositor de centro-izquierda" en un proyecto de bipartidismo bendecido oficialmente. Ribkin fue abandonado así por todos los que se consideraban auténticos opositores y con los restos del naufragio y una cierta retórica socialdemócrata trata hoy de aglutinar a los perjudicados por las reformas económicas. Los pronósticos le son adversos, pese a contar con Yuri Petrov, el jefe de la Corporación de Inversión Estatal, paisano e íntimo colaborador de Yeltsin, y con el poderoso Pável Borodín, el jefe de la intendencia del Kremlin.

Centro-derecha. El eje de este espacio es Nuestra Casa es Rusia (NCR); también llamado el partido del poder, que dirige el jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin. Este tecnócrata, vinculado al privilegiado sector del gas ruso, se siente y se beneficia a la vez de la relación con Yeltsin, que, al no acabar de identificarse plenamente con NCR, repite su comportamiento de 1993 en relación a Opción de Rusia, que entonces era el equivalente del partido del po der. Chernomírdín, que hace hincapié en la necesidad de estabilidad y que ha abrazado la idea de reforma monetarista defendida por Yegor Gaidar, cuenta con abundantes recursos económicos y organizativos para derrochar a favor de una lista de miembros de la nomenklatura poscomunista, trufada por estrellas de la cultura, como el director de cine Nikita Mijalkov. El NCR sufrió un importante revés cuando su candidato al puesto de gobernador de la provincia de, SverdIovsk fue derrotado por Eduard Rossel, líder de Transformación de la Patria, un movimiento regionalista que puede robar al NCR una parte de las élites de provincias inicialmente identificadas con el partido del Gobierno.

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Derecha. Este espacio se articula principalmente en torno a tres dinámicos economistas, dos de ellos con experiencia gubernamental (Yegor Gaidar) que dirigió la primera reforma económica poscomunista, y el ex ministro de Finanzas Borís Fiódarov) y un tercero -Grigori YavIinski- que se presenta como "alternativa democrática" y que aspira a la presidencia de Rusia Gaidar y YavIinski, que decepcionaron a sus seguidores por no crear una plataforma común, son ambos liberales y coinciden en sus objetivos de implantar una economía de mercado, aunque. Yavlinski es más consciente de los costes sociales de la reforma y está en desacuerdo con la manera en que se ha realizado la privatización. Ambos se oponen a la guerra de Chechenía y discrepan de las posiciones más nacionalistas de Borís Fiódarov, que en lo ecoñómico el también liberal. Los políticos que en 1993 fueron candidatos de Opción de Rusia y Yábloko están desperdigados hoy por un total de 11 bloques y asociaciones electorales.

Nacionalistas. El Congreso de las Comunidades Rusas (CCR), que propugna un nacionalismo moderado y la prioridad de la industria rusa, lidera este sector. Su principal baza es el general Alexandr Lébed, un militar carismático de frase lapidaria, que actúa en tándem con Yuri Skókov, ex director de fábrica militar y ex secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, que está resentido porque Yeltsin prefirió a Chernomirdin y como primer ministro en 1992. Serguéi Glázev, renegado del equipo reformista de Gaidar, es el cerebro económico de esta formación. Los analistas pronostican tensiones entre Skókov y Lébed ante las elecciones presidenciales rusas. En sus abigarradas filas, el CCR incluye un sector socialdemócrata encabezado por Liudmila Bartazárova, sindicatos militares y veteranos de los grupos antiterroristas de élite, además de algunos personajes de tendencia parafascista en provincias, según pudo comprobar esta corresponsal.

Izquierda. El Partido Comunista (PC) de Guennadi Ziugánov, la única formación marxista participante en las elecciones de 1993, es el heredero del Partido Comunista de la URSS (PCUS), pero se diferencia de él por su identificación con el nacionalismo ruso, aceptación del pluripartidismo, de la propiedad privada y el respetó a las creencias religiosas de los militantes.

En alianza con el Partido Agrario y con el de Zhirinovski, la fracción comunista de la Duma ha bloqueado muchas iniciativas reformistas en el terreno económico. Su programa, que aspira a reconstituir la Unión Soviética, asusta a los nuevos empresarios, ya que pretende revisar la privatización llevada a cabo baJo la dirección de Anatoli Chubáis.

El Partido Comunista defiende la ayuda estatal a las empresas y un amplio sistema dé garantías sociales. Los analistas pronostican que Ziugánov, que hizo carrera en el sector ideológica del PCUS, tendrá dificultades para mantener unidas las distintas corrientes dentro del partido, que van desde el reformismo hasta el estalinismo. A la izquierda del Partido Comunista están los radicales de Víktor Anpílov, un carismático revolucionario inspirado en él internacionalismo proletario.-Centro izquierda. Destaca aquí el grupo Mujeres de Rusia, que se formó a partir del equivalente a la Sección Femenina de la Unión Soviética y que hoy constituye una pragmática fracción de la Duma. Este grupo, que defiende los intereses de la mujer y la familia y propugna una política de protección y armonía social, está en contra de la guerra de Chechenia y es muy crítico con el ministro de Defensa Pável Grachov. En este sector está también el partido de la Autogestión de los Trabajadores, con posibilidades de situarse en la Duma Estatal gracias a la personalidad del cirujano ocular Sviatoslav Fiódorov, considerado un ejemplo de la iniciativa y el talento empresarial en la Rusia poscomunista.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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