Frente solidario
Fue un auténtico desembarco de flamencos andaluces. Un frente de más de 20 artistas, gitanos en su mayoría, llegados a la llamada de Tierra de Hombres, una ONG que lucha por ayudar a la infancia desvalida del mundo. Un gigantesco recital de más de cuatro horas de, duración con nombres importantes de todas las facetas del flamenco, y que pese a haber sido patrocinado por organismos relevantes como TVE-2, AVE, Canal Sur y diversas firmas comerciales de peso, careció de la adecuada difusión que hubiera propiciado una mayor afluencia de público y, por consiguiente, una mejor taquilla para sus fines benéficos.La respuesta de la sala, sin embargo, con dos tercios de su capacidad, fue calurosa e incluso entusiasta con los benévolos participantes, procedentes en gran parte de la Andalucía la Baja, a excepción de Tatiana Garrido y su grupo, que llegaron de Granada, con la bailaora Mariquilla a la cabeza, quien en ésta ocasión se limitó a oficiar de presentadora. Le tocó encender el fuego de la ilusión al veterano. Pedro Bacán, recién llegado de París, con un toque en concierto por granaínas sui generis, o lo que es lo mismo, de un corte realmente abstracto y estilizado. Después acompañó por soleares en una línea más convencional al joven cantaor Joselito de Lebrija, y a los dos sé les unió la magnífica Carmen Ledesma.
Quejíos
Manuel Mairena, Pansequito, Aurora Vargas, La Macanita, Joselito de Lebrija, cante; Carmen Ledesma, José Joaquín,Tatiana Garrido, baile; Pedro Bacán, Niño de Pura, guitarra en concierto; Enrique de Melchor, Moraíto, Niño de Pura, Quique Paredes, toque. Teatro Monumental. Madrid, 2 de diciembre.
A partir de ese momento la atmósfera se calentó con la sin par discípula de Enrique el Cojo. La bailaora sevillana hizo una breve aunque intensa exhibición de la esencia del baile por soleá. La réplica de idéntico nivel pero esta vez en el cante la proporcionó Tomasa Guerrero la Macanita; la joven jerezana nos brindó uno de los ratos más dulces cantando por soleá y bulerías. También el Niño de Pura se halló en la misma tesitura que la anterior, pero no en su cometido habitual de guitarrista en concierto, sino acompañando con el toque al baile de su hermano José Joaquín y al cantaor Pansequito.
Este último, Manuel Mairena, con la guitarra de Enrique de Melchor y Aurora Vargas pusieron la nota de la madurez de oficio y el contrapunto a un cartel lleno de juventud con ganas de comerse Madrid, como la jovencísima Tatiana, que tuvo ocasión de demostrar el talento heredado, arropada por un cuidado cuadro granadino. El festival concluyó con una multitudinaria y alegre fiesta de la bulería.
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