Los sindicatos se echan hoy a la calle contra Juppé
El Gobierno francés se enfrenta a una formidable protesta social. Todos los sindicatos, excepto Fuerza Obrera (FO), han convocado para hoy una huelga general del sector público, que la Central General del Trabajo (CGT) intenta extender también al sector privado. Los estudiantes, enfrentados al Ministerio de Educación, se han sumado a la convocatoria.La razón inmediata de la protesta es la oposición a la reforma de la Seguridad Social y de las pensiones, aunque como fondo se advierte un sentimiento colectivo de malhumor y pesimismo. El sindicato FO llama a la huelga, por separado, el próximo día 28.
Tanto el Gobierno como los sindicatos se juegan mucho en el pulso que mantendrán a partir de hoy. El primer ministro, Alain Juppé, sigue perdiendo popularidad, y su puesto al frente del Gobierno se mantiene inseguro. "No hay Gobierno que resista a dos millones de personas en la calle", comentó recientemente.
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jacques Barrot, el otro gran protagonista de la reforma del Estado de bienestar, ha reconocido que su futuro dependía del volumen de la protesta: "Podemos desactivar muchas minas, pero el resto corresponde al cielo. En todos los sentidos del término. Porque cuando llueve las manifestaciones son menos numerosas".
Para los sindicatos, el envite es también muy arriesgado. Primero, colectivamente, porque ya convocaron una exitosa huelga general del sector público el 10 de octubre, para oponerse a la congelación salarial, y si hoy obtuvieran una respuesta menor quedarían desautorizados en su protesta contra la reforma.
Por otra parte, cada sindicato apuesta por separado: FO protestará la semana próxima; la Confederación General Democrática del Trabajo ( CGDT, la central más numerosa en afiliados), percibe "elementos positivos" en la reforma de la protección social y sólo se opone al apartado relativo a las pensiones; la CGT, a su vez, dejará hoy al descubierto su poder de convocatoria en el sector privado. Mañana, cuando se haga balance de la jornada de huelga, habrá líderes sindicales reforzados y otros en posición precaria.
En principio, el clima social parece propicio a de la huelga. Las encuestas señalan que un 73% de los franceses son pesimistas ante el futuro y consideran "insoportable" la presión fiscal, un 54% apoyan las reivindicaciones de los funcionarios y un 32% se muestran dispuestos a manifestarse contra la reforma de la Seguridad Social. En conjunto, los ciudadanos aprecian elementos positivos en la reforma, pero se oponen mayoritariamente a la subida de impuestos anunciada para enjugar la "deuda social" (más de seis billones de pesetas) y hacer viable el Estado de bienestar.
La adhesión de los estudiantes a las manifestaciones puede ser decisiva, así como el efecto de acumulación de las protestas convocadas para los próximos días: mañana se manifestarán en París las mujeres, para defender el derecho al aborto; el próximo martes, huelga de FO; el jueves, nuevas manifestaciones estudiantiles. Además, los sindicatos de ferroviarios se dicen dispuestos a prolongar varios días la huelga total de hoy.
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