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Soy una 'voyeur' de la violencia"

Es la nueva sucesora de los grandes poetas oscuros de la música popular como Tom Waits, Nick Cave, Bob Dylan o Lou Reed. La británica Polly Jean Harvey, que actúa hoy en La Riviera de Madrid en un cartel excepcional junto al californiano Ben Harper, otra de la revelaciones del año, tiene la fuerza de un golpe seco y el poder de una seductora peligrosa.P. J. Harvey combina fragilidad y fuerza. Una mezcla producto de su esfuerzo. por superar un carácter retraído. "Yo crecí rodeada de paisajes preciosos, pero mi infancia no ha sido un jardín de rosas", explica. "Durante muchos años tuve dificultades para relacionarme con la gente porque era extremadamente tímida, y sigo siéndolo. He tratado de superarlo para poder hacer música".

La relación con la vida y la muerte es quizá más intensa o distinta en el campo, donde ella sigue viviendo. "Vivir en el campo te da una perspectiva muy clara sobre la vida y la muerte. Estás rodeada por algo, la naturaleza, que te hace sentir muy pequeña. Ves cómo cambian las estaciones, ves crecer lo que siembras, y eso te pone en estrecho contacto con el ciclo de la vida".

La violencia en todas sus formas es uno de sus temas recurrentes. "Me interesa la idea de que todos somos capaces de ser violentos, de actuar de una forma descontrolada en determinadas circunstancias. Es una parte esencial de la formación del ser humano, más desarrollada en unos que en otros. Y eso me fascina, porque no llego a entenderlo, y es por eso que lo quiero explorar. No quiere decir que yo desee matar a alguien para saber qué se siente. Sólo sé que la posibilidad está en todos nosotros". Ella no se siente víctima ni agresora. "Quizá sea más una observadora, una voyeur de la violencia", dice.

Siempre supo que sería artista, aunque su primera vocación fue la escultura. "Encontré que la escultura no era lo suficientemente directa para estimular a la gente", afirma. "La música es un arte mucho más físico. Las actuaciones en directo producen una inmediata reacción en el público. Todo sucede en frente de ellos. La escultura, como forma terminada, me hacía desear realizarla delante de la gente para hacerlos partícipes".

Sin embargo, ella parece esculpir sus canciones. Desde las letras de sus temas hasta la construcción de su puesta en escena, forman un todo intangible. "Creo que me acerco a la escritura de la misma forma en la que me acerco a la escultura. Empiezo con mucha información y saco lo que no me interesa, hasta dejarlo en los huesos, de algo que es muy fuerte".

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