Movilizaciones de los profesores de Filosofía

Los profesores de Filosofía, reunidos en asamblea en la Facultad de Filosofia de la Complutense el pasado fin de semana, han decidió "pasar a acciones más duras", visto que "apenas hemos conseguido algo de nuestras negociaciones con el ministerio".Entre esas acciones, una delegación entregará un manifiesto al ministro Jerónimo Saavedra pidiendo, una vez más, que sea introducida la Historia de la Filosofía como asignatura común para todos los bachilleratos, que se incluya esta materia en la prueba de selectividad y que se reconsidere la forma de impartir la clase alternativa a la religión. La entrega del documento se hará el 29 de noviembre y estará apoyada- por una concentración ante las puertas del ministerio. Envueltos en la decepción y el cansancio, explican por qué saltan a la batalla: "Hasta ahora", dijo la profesora Amalia Gallego, "nos hemos movido sólo por una cuestión ideológica, que los alumnos tengan acceso al pensamiento filosófico para su formación, ya sean de letras o de ciencias. Pero, ahora, tenemos que añadir que a partir del próximo curso el 30 o el 40% del profesorado se quedará sin trabajo".

Además de la concentración del 29 de noviembre, los filósofos prevén un rosario de acciones: un encierro en la Facultad de Filosofía de la Complutense, como ya lo hicieran el año pasado, la noche del 19 al 20 de enero próximo, la organización de seminarios en defensa de la Filosofía por toda la geografía española y diversos actos dirigidos a los alumnos, tanto festivos como culturales, con la presentación de obras filosóficas, debates y encuentros, así como una fiesta el el 21 de diciembre en la sala Galileo Galilei de Madrid.

Alternativa a la religión

En cuanto a la materia alternativa a la religión, grupos de filósofos de varios institutos de bachillerato han dirigido un escrito al Ministerio de Educación en el que manifiestan: Las actividades de estudio que, se les obliga a elegir a quienes no escojan las enseñanzas confesionales de religión no son evaluables. Nos tememos por ello qué la actitud con que el alumnado va a enfrentarse a dichas actividades no ha de ser precisamente la idónea, cuando no quedará constancia de su aprovechamiento y ni siquiera será juzgado el modo en que las realice". Los filósofos piden al minis-terio "coherencia" y que le dé a dichas actividades de estudio "el rango y las condiciones académicas de cualquier otra materia". Para estos profesores, la situación "supone una ofensa a nuestra profesionalida".