La policía desmantela el entramado industrial y financiero del 'clan de los Charlines'

El entramado financiero del narcotráfico gallego recibió ayer un duro golpe. En cuestión de horas, unos 200 policías se hicieron. con el control del emporio económico del clan de los Charlines, la principal organización dedicada al narcotráfico en la ría de Arousa. Un centenar de cuentas bancarias fueron bloqueadas, 13 empresas intervenidas, dos mansiones confiscadas y cinco personas puestas a disposición judicial, entre ellas la esposa y dos de los hijos del patriarca del clan, Manuel Charlín, que Ya fue detenido hace menos de un mes.

El valor escriturado de los bienes de los que se incautó ayer la policía asciende a 600 millones de pesetas, aunque su valor real podría superar, según la policía, los 2.000 millones.El fiscal antidroga, Javier Zaragoza, y el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, tenían desde hace tiempo sobre su mesa un Voluminoso informe, compuesto por centenares de, folios, en el que se describían detalladamente las operaciones económicas del clan de los Charlines. 12 meses atrás, una entidad bancaria había alertado a las autoridades sobre extraños movimientos en las cuentas de la familia Charlín. A partir de ese momento, se puso en marcha la investigación de los servicios antidroga y de delincuencia económica de la policía, que permitió descubrir los mecanismos que utilizaba el clan para blanquear su ingresos ilícitos.

Coordinados por Garzón los 200 agentes se desplegaron con las primeras luces del día de ayer en Vilanova de Arousa, la localidad de natal de Charlín, y otros pueblos de la zona. Entre los agentes que participaron en la operación había expertos en informática y en movimientos de capitales.

Mientras algunos. policías registraban las viviendas y las oficinas de las 13 empresas de su propiedad, eran detenidas cinco personas: Josefa Pomares Martínez, esposa de Manuel Charlín; sus hijos María Teresa y Óscar; y sus yernos Antonio Acuña Rial y Manuela Nine Suárez. Dos personas más, una de ellas Adelaida, otra hija de Charlín, lograron escapar a la redada.

Las propiedades de la organización quedan sometidas a partir de ahora a intervención judicial, no sólo las empresas y las cuentas bancarias, sino incluso el chalé donde vivía la familia en Vilanova, la suntuosa mansión que estaba construyendo el¡ el viejo pazo de Vista Real, ocho automóviles de lujo, varias obras de arte y hasta un caballo de raza. El valor escriturado de estas propiedades es muy inferior al real. Según lo declarado oficialmente por Charlín, estos bienes no sumarían más de 600 millones de pesetas, cuando los responsables de la investigación estiman que en la práctica pueden superar los 2.000 millones.

Décimos premiados

En las más de 100 cuentas bancarias intervenidas se ha podido comprobar el ingreso en los últimos cinco años de unos 300 millones de pesetas en efectivo y cambios de divisas extranjeras por valor de otros 800 millones. Los investigadores han descubierto que el clan habla adquirido billetes de lotería premiados con unos 250 millones de pesetas, presuntamente para blanquear dinero, y que evadía a Portugal parte de sus capitales.

Las 13 empresas de Charlín estaban dedicadas a diversas actividades, como la fabricación de conservas de pescado, la venta de marisco, el cultivo de vino o las operaciones inmobiliarias. En la más conocida de esta! sociedades, la conservera Charpo, situada en pleno centro de Vilanova, se ha descubierto un pago efectivo que la fiscalía antidroga cree que podrá permitir acusar al patriarca del clan de dos delitos contra la Hacienda Pública.

En total, hay 30 personas imputadas de blanqueo de dinero, aunque la mayoría de ellas ya se encuentran en prisión, como el propio Manuel Charlín o su yerno Jorge Outón Caamaño. Tres de los más destacados miembros de la familia, los hijos del patriarca, Melchor, Manuel y Josefa, están desde hace tiempo huidos de la justicia.

Su padre también logró salir absuelto del juicio por la operación Nécora, pero el pasado día 1 Garzón le encarceló nuevamente tras recibir testimonios que le relacionan con una antigua descarga de 585 kilogramos de cocaína en la costa de La Coruña

El juez Balstasar Garzón decidió decretar el secreto del sumario poco antes de que se iniciara la operación que culminó con las incautaciones de bienes y los cinco detenidos.