_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

2095

Seremos menos, más viejos y ocuparemos más sitio. Llegaremos a los 93 con todos los dientes, pelo y sin gafas. La carretera a El Escorial será una, Castellana descomunal de 32 carriles; en los más rápidos habrá fronteras de pago. Cada cien metros, alternando con centros comerciales, discotecas y restaurantes de una multinacional del plástico, fianquearán esta autopista vertebral sucursales del Imperial Kaiser Bank. No sólo estarán pintadas con colores resplandecientes y cambiantes para que los cajeros automáticos y musicales brillen en la noche sino que también dispondrán de asesorías fiscales -la misma tarjeta será DNI y pase a la iglesia (convivirán docena y . media de sectas), a la vez que VISA, club de vídeo y aparcamiento de El Corte Inglés-, junto con máquinas de crédito virtual: créditos concedidos en función del mayor o menor encaje del candidato en el cuerpo (y el color y la actitud y el pensamiento) de un robot iluminado en el centro del vestíbulo como modelo del ciudadano ideal. Una reproducción gigante de este modelo vigilará y protegerá la ciudad desde la cima de las Torres Kio, para entonces cerradas de modo que formen una A.Los barrios chic estarán más o menos en Ávila pero sólo se verán desde el aire: su acceso estará vedado a todos los coches que no dispongan de máquina desmaleficiadora (3,5 millones en dinero de hoy), esto es, pequeños ordenadores capaces de encontrar el camino de las casas elegantes entre un paisaje de edificios colmena, ficticios únicamente para los elegantes, reales para los allí residentes. Estos edificios dispondrán de un proyector de cine igualmente virtual que los domingos por la tarde proyectará al frente todos los partidos del Atlético y el Madrid y sólo los goles de la Liga que a esos dos equipos convengan para subir.

La Cibeles y su entorno se habrán quedado para entonces en lo que es hoy Tirso de Molina, pero más a, lo bestia. El edificio del Banco de España -que entonces estará en una gruta del Valle de: los Caídos, fácil de defender-, se habrá convertido en un centro de diseño durante el día y punto de amasamiento de La Cosa por la noche, esto es, escritores, grafiteros, cineastas, gourmets, cortesanas, galardonados, traficantes, televisados, sexólogos, presentadores, filósofos, ecólogos, pasteleros, pelanduscas, articulistas y costureros reunidos en la comunión espiritual de no haber leído jamás un libro.

Un poco más arriba, en Colón, las famosas 365 columnas diseñadas al igual que la A de Kio por Federico Ras el Grande,. uno de los fenómenos de Madrid más reproducidos por los folletos de las agencias de viaje, emitirán durante 24 horas al día los telediarios del Gobierno y los de la Oposición, sin pausa.

Cien metros bajo tierra, en los Archivos, acumularán el polvo del olvido las pintorescas protestas que los capitalinos de un siglo antes formularon al Plan General de Ordenación Urbana propuesto por el Gobierno Regional de entonces, y que se cumplió hasta un extremo que sus promotores ni pudieron imaginar en sus megadelirios de constructores de pirámides: los beneficios generados por la construcción de golpe de barrios-ballena, como se llamaron esas ciudades grandes como capitales de provincia que se construyeron en meses a cargo de gente que no había visto jamás un cuadro ni había escuchado un concierto, permitieron que uno de los constructores le regalara a su mujer un número entero premiado del Gordo de Navidad y que otro se comprara un club de fútbol y para celebrarlo alquilara una flota de aviones y lleva ra a todos los socios de su club a pasar una semana en la cadena de hoteles Post Cuba Inn, en el Caribe (3.456 establecimientos de más de 500 habitaciones), para entonces los más solicitados por el turismo de convenciones, de pasos del Ecuador y de lunas de miel. El aparcamiento ya no será problema. En el año 2.095 del Señor hará ya quince años que se habrá terminado de trufar la ciudad con aparcamientos para residentes, y las calles de Serrano, Velázquez, Goya, López de Hoyos, Bravo Murillo y otras igualmente largas serán- avenidas subterráneas con capacidad para miles, cientos de miles de coches. El problema será que ya no habrá coches. Funcionaremos en- pequeños aviones unipersonales y ultraligeros, -más caros y contaminantes que los coches, y el problema se habrá trasladado al aire. Se insistirá en que sin ellos la economía sería simplemente inviable.

Con los constructores engallados por la chulada de haber vendido pisos y garajes separados duran-" te... ¿siglos?, la opinión pública estará entonces, dentro de cien años, en medio de la batalla porque le vendan las viviendas con derecho a ascensor, sanitarios, parqué y aire natural incluidos en el precio, y no como extras. Los créditos españoles, seguirán siendo los más caros de Europa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_