Atrapado sin salida

Acudo a su periódico para compartir mi perplejidad ante la política que se sigue en la Universidad Carlos III en relación con la asignatura de inglés. Según el rector de esta institución, el exigir la superación de una prueba de inglés para poder obtener la licenciatura en Economía cumple la función de igualar la preparación de todos sus alumnos en esta materia.Todos sabemos que, con escasas excepciones, el nivel de conocimiento que una persona tiene del inglés suele ser directamente proporcional a su nivel económico; por eso me parece encomiable que, una universidad pública decida tomar cartas en el asunto, e intente paliar esta desigualdad.

Ahora bien, tras esta loable intención se esconde una cruda realidad: a lo largo de los cuatro cursos de los que consta esta licenciatura no se imparte ni una sola clase de inglés; ¿cómo se puede examinar a alguien de una asignatura que no ha podido cursar?, ¿es que los alumnos adquieren por simpatía los conocimientos que poseen sus compañeros más afortunados?

Evidentemente, no y, por tanto, aquellos que gozaron de mayores recursos pasarán sin problemas el oportunamente llamado "P2", pero aquel que no pudo estudiar algún curso en el extranjero, ir los veranos a Londres o tan sólo asistir a alguna academia se encuentran en una situación angustiosa.

Su problema ya no será que por motivos económicos quede excluido de la posibilidad de estudiar en la Universidad, sino que por tales motivos nunca podrá salir de ella.- .