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Lubbers no logra el visto bueno en Washington para dirigir la OTAN

La Casa Blanca dio a entender claramente ayer que el holandés Ruud Lubbers aún no ha conseguido el respaldo de Estados Unidos para convertirse en el nuevo secretario general de la OTAN. El portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, afirmó ayer en Washington que en estos momentos "no hay consenso" entre los 16 miembros de la Alianza sobre quién debe ser el sucesor de Willy Claes al frente de la jefatura civil del organismo defensivo occidental. McCurry hizo estas declaraciones al comentar que Lubbers había viajado a Estados Unidos "para entrevistarse con altos responsables del Gobierno".

Que Washington relacione la visita de Lubbers con la falta de consenso, cuando es sabido que los grandes de Europa sí apoyan al holandés, equivale a decir que el socio norteamericano y gran sostén del organismo ha dicho que ése no es el candidato. Con todo, Washington no ha hecho público su veto al candidato holandés. Desde París, el ministro de Exteriores, Hervé de Charette, recalcó que el candidato debe obtener el consenso de los 16 miembros. "Necesitamos el acuerdo de todos", subrayó.

De confirmarse, el veto de Washington al candidato, apadrinado por sus socios europeos puede abrir una grave crisis de confianza en la OTAN. Puede ser "un terrible bofetón en la cara a los holandeses" y "un lío tremendo", señalaron fuentes de la OTAN en Bruselas. Otras fuentes de la Alianza declararon a Reuter que el primer ministro británico, John Major, quiere que EE UU haga público su veto a Lubbers y aclare cuáles son sus críticas al candidato europeo.

El ministerio holandés de Exteriores aseguró ayer que seguirán trabajando por la candidatura de Lubbers, y restó importancia a las declaraciones de McCurry al asegurar que, "de momento, todo son especulaciones".

Reunión de embajadores

Los 16 embajadores están convocados hoy a una reunión que, en principio, iba a servir para consensuar un candidato. Ayer ya nadie esperaba que se pudiera lograr tal objetivo.La posición contraria de Washington empezó a pergeñarse a principios de esta semana, cuando se vio que no había consenso entre los 16 socios sobre el candidato ideal. Los nórdicos apoyaron al danés Uffe Elleman-Jensen y el grueso de la UE (con Francia y el Reino Unido a la cabeza y el apoyo implícito de Alemania) se inclinó por Lubbers.

El silencio de Estados Unidos se interpretó entonces como una advertencia a los socios europeos de que no pueden imponer un candidato propio. Era una respuesta directa, pues, al precipitado apoyo público de Jacques Chirac y John Major a su candidato. La tibieza norteamericana empezó a tornarse en serio obstáculo el miércoles, cuando el secretario de Defensa, William Perry, afirmó que "se están estudiando otras candidaturas".

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