El financiero, negó haber conocido documentos con emblemas institucionales
Los primeros indicios sobre la existencia de las cartas falsas se produjeron en torno a la primavera de 1993, justo después de que KIO presentase la demanda de Londres. El hallazgo motivó un agrio cruce de correspondencia entre Prado y uno de los abogados de De la Rosa, Juan Piqué Vidal.Finalmente, De la Rosa aceptó firmar un documento en el que negaba haber conocido carta algunos con emblemas. institucionales, así como haberlas enviado a los responsables de KIO.
Asimismo, reconocía no haber realizado ningún pago a Manuel Prado, ni en España ni el extranjero, con dinero procedente del grupo KIO o de cualquiera de las sociedades controladas por el grupo árabe, con la única excepción de una deuda de 1.500 millones. de pesetas con Grand Tibidabo.
De la Rosa se ofrecía, además, a testificar en ese sentido ante los tribunales. Como ha venido siendo habitual durante todos estos años, De la Rosa no tenía inconveniente en negar una cosa y poco después afirmar todo lo contrario. Así, después de negar los, pagos a Prado, ahora ha afirmado haberle entregado 12.000 millones de pesetas en Suiza.
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