Ingleses con estilo
Gene han protagonizado, sin lugar a dudas, uno de los mejores conciertos de la temporada en su presentación en nuestro país. La magia de estos adoradores de Morrisey se desparramó ante un público de iniciados, que disfrutó tremendamente de un sonido compacto, unas canciones alucinantes y un estilazo como sólo pueden ofrecer los músicos súbditos de su Graciosa Majestad.El cantante, Martin Rossiter, es todo un ambiguo Petronio, que enamora al respetable con su personalísima voz y un look aseado y sobrio, plenamente alejado de los excesos estéticos que llegan del otro lado del Atlántico. Pero tan importante como todo esto son las hermosísimas canciones, Haunted by you, Sleep well tonight o la que da título a su primer álbum Olympian, destinadas a devolver al pop británico a la primera plana del interés mundial y, de paso, sacar del adocenamiento a públicos como el español, que nada en la confusión lógica de los tiempos que vivimos. Gene es un grupo destinado a crear parroquia entre los más jóvenes, devolviendo el pop a su marco específico: la edad de la inocencia.
El también británico Tricky, sin embargo, ha logrado ya un meteórico implante entre el público de más edad, que busca alternativas nuevas y añora la pista de baile como centro de operaciones lúdicas. Llenazo impresionante, tal vez excesivo, el que registró la sala en la que se presentó. Su música, que no puede emparentarse con casi nada, se sitúa en unas coordenadas de baile y experimentación, generando todo tipo de ambientes sonoros, patrones rítmicos y melodías hip-raperas genuinamente nuevas. Merced a la redimida caja de ritmos, este creador sumerge a la audiencia en una especie de trance bailable que cala a la primera y obliga a los pies a moverse sin prejuicio alguno.
En un concierto extenso, el artista fue desarrollando ante el entregado público las piezas de su único álbum hasta el momento, Maxinquaye, del que destacaron Sofocated love, Feed me o el hipnótico Hell is. Su triunfo fue apoteósico e indicativo de que Inglaterra avanza por un buen camino. Ójala vayamos todos detras.
Babelia
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