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Un tribunal internacional de lo penal

La actuación de dictadores, torturadores y escuadrones de la muerte se basa en la impunidad. Saben que, en sus respectivos países, nadie puede tocarlos y, aunque puede ser que conozcan las leyes internacionales contra el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad, saben que esas leyes quedan en poco más que palabras.Sin embargo, esto puede cambiar. Con el fin de la guerra fría, las Naciones Unidas han reabierto el debate sobre (...) un tribunal internacional permanente de lo penal. (...) El liderazgo de Estados Unidos se hace necesario para este proyecto. El presidente Clinton, por fin, aportó algo de ese liderazgo el mes pasado, cuando dio el primer respaldo de su Gobierno al plan. A pesar de ello, sus colaboradores, temerosos de que algunos países puedan, por motivos políticos, elevar quejas contra la actuación de los soldados estadounidenses en el exterior (...), han presionado a favor de una variante en la que el tribunal quedaría controlado por el Consejo de Seguridad. Este es un enfoque que politizaría y destruiría lo esencial del proyecto. (...)

La realidad política hará que el tribunal nunca pueda llegar a hacer cumplir totalmente las leyes internacionales. Pero se trata de un primer paso necesario si es que la ley debe algún día triunfar sobre la impunidad de los poderosos. Por ello merece el apoyo del presidente Clinton y el de todas las naciones.

3 de noviembre

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