Suráfrica vota en masa para elegir a sus primeros alcaldes sin 'apartheid'
Las primeras elecciones municipales democráticas de la Suráfrica que hace 18 meses puso fin al apartheid no convocaron tanta expectación como las generales que llevaron a Nelson Mandela a la presidencia, pero el voto fue masivo. Largas colas trufadas de blancos, negros y mestizos pusieron fin a los ayuntamientos del predominio de la raza blanca sobre todas las demás. La jornada se vio enturbiada por el debate político suscitado por el caso de 10 generales y del ex ministro de Defensa Magnus Malan, acusados del asesinato de 13 ciudadanos negros hace ocho años.
"Último voto para la libertad", tituló en su primera página el Johannesburg Star de ayer. Tras las elecciones que en abril de 1994 pusieron fin a un régimen que había convertido a Suráfrica en un paria de la comunidad internacional, los ayuntamientos eran el último tramo del aparato administrativo por democratizar en el gigante africano. Las elecciones permitirán la fusión de las localidades negras y blancas, que permanecían separadas según criterios raciales.A la hora del cierre de los colegios no había noticia de incidentes relevantes ni cifras sobre el grado de participación. Aunque se presumía una neta victoria del Congreso Nacional Africano (CNA), de Nelson Mandela, o los sondeos le concedían un 55% del voto frente al masivo 86% de los sufragios en las elecciones generales del año pasado, Del millón de viviendas prometidas por Mandela para ser construidas en cinco años, tan sólo 10.000 han sido levantadas en los 18 meses transcurridos desde la histórica llegada a la presidencia del prisionero de Robben Island.
"Este, es el voto más importante de mi vida. Es un voto para mi alcalde, que deberá preocuparse de 'mis necesidadades inmediatas", declaró Joel Mkhwanazi, que vive desde hace 45 años en Kathlehong, un suburbio enclavado al este de Johanesburgo.
Las votaciones, que debían cubrir casi 700 alcaldías y a las que estaban llamados 12 millones de electores, transcurrieron con normalidad, a pesar de la dificultad del procedimiento, ya que en algunas zonas los votantes debían rellenar hasta tres papeletas: una para representante de distrito, otra para un partido político y la tercera para elegir a los miembros del Ayuntamiento metropolitano. Los comicios se celebraron en ocho dé las nueve provincias. La consulta quedó aplazada hasta marzo del año próximo en la región occidental de El Cabo, gobernada por el Partido Nacional (PN), del vicepresidente Frederick W. de Klerk, porque no está clara la delimitación de la circunscripción electoral, y en la conflictiva región de Kwazulu, donde el partido Inkhata ha boicoteado la confección del censo.
La jornada se vio alterada por las acusaciones de homicidio de 13 negros en Kwazulu hace ocho anos, en las que están presuntamente implicados el ex ministro de Defensa Malan y 10 ex generales. Los partidos conservadores han acusado al CNA de presionar al fiscal para que iniciara el proceso contra los militares en vísperas de las elecciones, para beneficiarse electoralmente y ocultar así el incumplimiento de muchas de las promesas hechas antes de los comicios que llevaron al poder a la mayoría negra.
Mandela afirmó ayer que no intervendrá en el caso de los generales. En unas breves declaraciones realizadas cuando acudía a votar en un barrio de Pretoria, el presidente surafricano declaró que respeta el principio de separación de poderes. En una entrevista con la cadena de radiotelevisión BBC, Mandela añadió que podría bloquear el procesamiento de los generales y el ex ministro Malan, pero que no iba a hacerlo. "Cuando un grupo de personas inocentes es asesinado, incluidos siete niños que no pertenecían a ninguna organización política, un sacerdote y feligreses de su congregación, yo quiero saber hasta qué punto eso forma parte de la política del PN". El ex gobernante del PN se ha pronunciado a favor de garantizar la inmunidad de los ex generales.
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