El peso de la incertidumbre

José Barrionuevo ha empezado a sentir el peso de la justicia aun sin haber caído sobre él el peso de la ley. Entre amigos reconoce que es "muy duro, muy duro" el trago que está pasando, y el que le queda por pasar. Porque la incertidumbre -sobre si será o no procesado y cuándo, y con qué desenlace- le provoca angustia.Sabe que las escopetas están cargadas. "Pero yo no soy un conejito, ni un cordero, ni nada parecido", suele añadir, para salir al paso de quienes dan por hecho que es una pieza atrapada.

En una reciente entrevista radiofónica, afirmó, en lenguaje de horóscopo, que está "muy bien de amor y muy mal de dinero". Una versión que corroboran algunos de sus compañeros, que resaltan la enorme influencia que está teniendo en su entereza el apoyo de sus hijos.

Barrionuevo ha elegido el mismo camino de Rafael Vera y asegura -dando la vuelta a la frase de Luis Roldán- que no tiene "manta de la que tirar".

Mañana recibirá de la Comisión del Estatuto del Diputado la petición para que presente sus alegaciones al suplicatorio enviado por el Supremo. Su propósito inicial era exponer verbalmente su versión y entregar una serie de documentos. Pero, informado de que la práctica ha bitual ha sido en presentar las alegaciones por escrito, es probable que se ciña a la tradición.