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El peso no reacciona a las iniciativas de Zedillo

Javier Moreno

La tranquilidad duró un día. Tras el respiro propiciado el lunes por la firma, en domingo y a toda prisa, de un nuevo pacto económico entre el Gobierno de México, la patronal y los sindicatos, los mercados financieros mexicanos retomaron el martes su trote cuesta abajo. Ayer aceleraron el ritmo. El peso cayó otro 3% (acumula más de un 5% en dos días), y dejó meridianamente claro que los inversores extranjeros ignoran los recientes esfuerzos del Ejecutivo del presidente Ernesto Zedillo: firma del pacto el domingo, luz verde a la venta de plantas petroquímicas de Pemex el lunes y privatización parcial del sistema de pensiones ayer mismo.Nada de ello ha funcionado. Zedillo y su equipo económico, que contaban con estas iniciativas para dar la vuelta a la tortilla en los mercados financieros, se encuentran hoy, tras quemar tres cartuchos tan importantes como los anteriores, en la mis ma situación que hace justo una semana. Un dólar vuelve a costar 7,29 nuevos pesos, más que en plenas turbulencias de hace siete días, y uno de sus ni veles más elevados desde la de valuación de diciembre pasado. El portavoz económico del Gobierno, Alejandro Válenzuela, reconoció ayer que México tendrá que acostumbrarse a la inestabilidad en los próximos tiempos.

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El fantasma de la inflación es el principal problema que plantea la creciente debilidad del peso. El Gobierno había calculado que los precios subirían este año un 50%. Pero ahora, cuando parece claro que el billete verde pasará lo que queda de año entre siete y ocho pesos, los precios pueden volver a dispararse, provocando más nerviosismo entre los inversores, que a su vez se refleja en la debilidad de la divisa. Se trata de una nueva versión de la famosa espiral inflacionaria, originada esta vez no por los aumentos de salarios, sino por la subida del dólar.

En parte, la falta de efecto de las iniciativas de Zedillo estos días ha sido su escasa novedad. Tanto la venta de las plantas de Pemex como la privatización parcial del sistema de pensiones eran decisiones tomadas desde hace meses y que los mercados financieros ya habían descontado. El pacto social firmado el domingo, denominado Alianza para la Recuperación. Económica, no contiene ningún elemento que pueda contribuir decisivamente a estabilizar el peso y sí algunos (como los aumentos de precios en servicios públicos y gasolinas) que despiertan más temores inflacionarios. "Es todo teatro", en palabras de un operador.

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