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Ruud Lubbers, virtual nuevo secretario general de la Alianza Atlántica

Si no sucede una catástrofe imprevisible, el ex primer ministro holandés Ruud Lubbers será el sucesor de Willy Claes como secretario general de la OTAN. Todos los grandes países europeos le apoyan. El canciller alemán, Helmut Kohl, el líder más reticente a Lubbers, sumó ayer explícitamente su voto a los de Francia y el Reino Unido, proclamados el lunes. España apoya su candidatura. Y Estados Unidos está oficiosamente también por la labor. "La gran mayoría se decanta por él", dijeron fuentes de la OTAN.

"Si Ruud Lubbers se decide a presentar su candidatura para el puesto de secretario general de la OTAN, le apoyaré". Esta declaración de Kohl, distribuida ayer con membrete de la cancillería, decanta el fiel de la balanza.El canciller era el único líder europeo que mantenía una gran animadversión hacia Lubbers por su actitud distante hacia la unificación alemana. "Nosotros no queremos nominar ni dominar", explicaron, fuentes del Gobierno de Bonn. Con ello se unían a Jacques Chirac y John Major, quienes el lunes prometieron "todo su apoyo" a Lubers, si se presenta.

En parecidos términos se expresó en público, recientemente, Felipe González en Nueva York. Ayer, en Luxemburgo, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, anunció que España "apoya oficialmente" la candidatura de Lubbers.

El gran patrón de la casa, EE UU, ha hecho saber oficiosamente que está con la mayoría, sólo a la espera de mantener un contacto discreto con el propio Lubbers en los próximos días. No se excluye que este contacto, en vez de ser telefónico, tome forma de una visita relámpago a Washington.

Washington había acariciado la idea de que el sucesor del dimitido Willy Claes fuera un británico. Pero el ex secretario del Foreign Office, Douglas Hurd, no estaba disponible: "Tengo un trabajo muy bien pagado", se excusó ante quienes le sondeaban, aludiendo a su actual puesto Multimillonario en el NatWest Bank.

Además, la candidatura patrocinada por Londres en sustitución de Hurd -aireada también como coartada para no tener que desechar frontalmente al único candidato oficialmente presentado, el danés Uffe Elleman-Jensen-, la del comisario europeo sir Leon Brittan, fue destruida por Washington en el mismo momento en que surgía. "No reúne los requisitos personales adecuados", opinaron los norteamericanos. En otros países tampoco caía bien. Así, Major se unió a Chirac -horrorizado por la perspectiva de colocar a Elleman, ciudadano de un país, Dinamarca, antinuclear y antiMururoa- en apoyo de Lubbers. Y estos dos arrastraron ayer a Kohl.

"La gran mayoría se decanta por Lubbers", ratificaron a este diario fuentes de la Alianza. Este común denominador se registró en el segundo cónclave de los dieciséis embajadores convocado por su decano, Carlos Miranda, para elegir nuevo papa. El clima fue constructivo, pese a que la declaración conjunta Chirac-Major había creado un cierto malestar, entre otros, en la delegación estadounidense, poco propensa a aparecer como practicante del seguidismo, indicaron fuentes diplomáticas.

También provocó escozores en Holanda, que despliega una diplomacia discreta con la intención de no presentar oficialmente el nombre de Lubbers hasta que esté absolutamente asegurada su elección: "Lubbers ha sido primer ministro durante doce años, y no queremos que al final una eventual negativa perjudicase su prestigio o el del país", alegaban fuentes holandesas.

En realidad, el trecho que le separa del puesto es menos que escaso. Algunos de los países que están dispuestos a votar con la mayoría, o que le consideran candidato principal incluso aunque todavía no se haya presentado, están a la espera de un "contacto discreto" con el tapado a plena luz, para oficializar su apoyo. Es el caso de EE UU. Otros países, incluido España, desean confirmar a mayor abundamiento -no tanto como requisito- el compromiso del candidato en la política mediterránea o en el diseño de una estructura militar integrada más flexible, orientada hacia las misiones más que a la burocracia.

El servicio exterior holandés trabajará a fondo en los próximos días para resolver estos flecos. Nadie duda de que, resueltos éstos, la semana próxima oficializará su candidatura. Y que Elleman-Jensen (únicamente apoyado por su país, Islandia y Noruega) le cederá paso inmediatamente. Sólo una catástrofe imprevisible cambiaría las cosas y provocaría nuevas candidaturas.

Pero Lubbers tiene todos los números de este sorteo prácticamente comprados. Nacido en Rotterdam en 1939, socialcristiano y hábil en el pacto (a derecha o izquierda, según la conveniencia), no sólo ha tenido un carrera tan meteórica como la de Willy Claes -fue, como él, ministro a los 34 años- sino también mucho más sólida, pues permaneció al frente de su Gobierno entre 1982 y 1994, desarrollando un fuerte protagonismo en las discusiones del Tratado de la UE.

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