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"¿Dónde están mis casas?"

Un millar de rezagados presentaron el último día sus quejas al Plan General

Vicente González Olaya

VICENTE G. OLAYA "Alegar contra el Plan General es como tener una tía en Alcalá", comentó ayer Francisco, un casero desesperado que descubrió que una de sus fincas urbanas había desaparecido del nuevo Plan General de Madrid. "¿Dónde están mis casas?", preguntaba.Francisco se convirtió, en la tarde de ayer, en uno de los últimos ciudadanos que alegaron contra el futuro ordenamiento urbano de la capital que ha diseñado el Ayuntamiento. Los planos del Nuevo Plan General de Madrid se han expuesto durante seis meses dentro de una carpa levantada en la plaza del Descubrimiento. Allí, todos los madrileños interesados podían presentar sus quejas.

"Lo más curioso es que la gente parece que está esperando al último día para presentar sus alegaciones. Abrimos durante casi seis meses y todo se agolpa hoy [por ayer]", reconoció una de las personas que atendían a los interesados. Este empleado calcula que ayer pasaron por la carpa unas mil personas, frente a las "doscientas o trescientas diarias de los meses anteriores". "Si es que esto es España y no tenemos remedio", aseguró.

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El casero sin casas continuó su relato: "Me costó tiempo y dinero echar a los 100 inquilinos que tenía en un edificio de Entrevías. ¡Años! Me pagaban 133 pesetas mensuales por cada vivienda. Cuando por fin lo consigo, descubro que la mitad de la finca la quieren convertir en una zona de equipamientos y en la otra parte me prohíben edificar durante ocho años. ¿Hay derecho a esto?", preguntaba.Bruno, vecino de Aravaca, descubrió ayer que el Plan General amenazaba un cruceiro (cruz de piedra gallega) que se levanta dentro de su chalé. "El Ayuntamiento intenta abrir una calle por la mitad de mi casa y de otras cercanas. Nos hemos puesto de acuerdo todos los vecinos para alegar contra esta barbaridad, pero no creo que nos hagan mucho caso".

A Marta no le gustaba que en la calle de Usera donde vive se prevea un bloque de edificios en vez de un parque. "Nos lo prometieron en las elecciones y ahora resulta que quieren levantar un mamotreto. ¿Es justo eso? Mucho hablar, mucho hablar cuando nos piden el voto, pero a la hora de la verdad, unos pisitos que dejan buenos beneficios al Ayuntamiento", dijo enfadada.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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