La nueva ciudad del PP recibe 15.000 quejas
El plazo para corregir la Biblia urbanística de Madrid escrita por el Partido Popular, que establece por dónde y cómo crece o cambia la ciudad, concluyó ayer a las ocho de la tarde. Hasta esa hora, y desde el pasado abril, el Ayuntamiento ha recibido 15.000 escritos contra la propuesta, según la oficina técnica que ha hecho el nuevo plan. IU reunió 5.000 alegaciones y dos en miendas totales; el PSOE presentó una enmienda total que rechaza todo el proyecto por "falso"; la Federación de Asociaciones de Vecinos y el grupo ecologista Aedenat también registraron su desacuerdo.
El nuevo modelo de ciudad del PP -10.000 planos y 35.000 folios que han costado 4.500 millones de pesetas- modifica el que aprobó el PSOE en 1985. El Madrid del futuro cuesta 1,4 billones de pesetas, según el estudio económico. Su desarrollo depende de las aportaciones externas del Estado y la Comunidad de Madrid, que financiarían el 70% del plan, según el deseo del PP. Su periodo de vigencia será de 12 años.El equipo de Álvarez del Manzano ha ideado una ciudad que cubre de ladrillos sus afueras -hay previstos seis nuevos barrios en la periferia, para 70.000 viviendas-; comunica estos nuevos barrios con una carretera situada entre la M-30 y la M-40; crea una nueva Casa de Campo entre el distrito de San Blas y el municipio de Alcobendas; y organiza usos deportivos para una futura Ciudad Olímpica junto al estadio de atletismo de la Comunidad, conocido popularmente como La Peineta.
Organizaciones sociales (vecinos, sindicatos y ecologistas) y la izquierda política de Madrid han despreciado este proyecto por "especulativo y catastrófico" para la ciudad.
El plazo para presentar alegaciones concluyó ayer. En la última semana se han presentado 10.000 escritos de los 15.000 contabilizados; 1.500 asuntos han sido objeto de las protestas.
Después de este trámite, el PP decidirá las quejas que atiende y las que rechaza para aprobar definitivamente su plan en 1996.
. El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río (PP), adelantó ayer que los vecinos de la Dehesa de la Villa, barrio que iba a ser atravesado por una carretera, han vencido: sus alegaciones contra la nueva vía serán estimadas; la carretera desaparecerá de los planos. Del resto de las alegaciones prefirió no hablar.
Se explicaron ayer en conferencia de prensa los portavoces municipales de IU y PSOE, los más críticos con el plan de Álvarez del Manzano.
Tarjeta roja al alcalde
Francisco Herrera, portavoz de lU, resumió su parecer: "El PP se ha dedicado a recalificar todo el suelo urbano vacante de la ciudad. El alcalde se merece la tarjeta roja por presentarnos este proyecto urbanístico y quedar inhabilitado durante cinco semanas seguidas, como Johan Cruyff. Después de haberse gastado en el plan 5.000 millones, el resultado que tenemos es un gran caos urbanístico". La coalición ha pedido, a través de sus 5.000 alegaciones, que se declare parque nacional el monte de El Pardo y se construyan 6.000 viviendas de protección oficial (de un precio máximo de 10 millones) y otras 6.000 de régimen especial, para los más pobres, cada año, informa Europa Press.Juan Barranco, portavoz socialista, criticó la apuesta urbanística del PP: "Responde a la presión de intereses privados y no a los de los madrileños. El edil José María de la Riva amplió la crítica: "Los estudios que han realizado son una biblioteca de Babel". La nueva ciudad del PP la van a hacer, según el PSOE, un grupo muy pequeño de agentes urbanísticos. "Esto demuestra que es una pura mentira y un intento del PP de engañar a los madrileños", remachó De la Riva, informa Efe. "Éste es el plan de los propietarios, de los que tienen", dice el PSOE.
Los ecologistas de Aedenat, por su parte, también descalifican las ideas del PP. "El tamaño excesivo de las nuevas ciudades que plantea agrede el medio ambiente", denuncian. "El impulso megalómano en la construcción contrario al modelo de ciudad equilibrada llevará a un Madrid inhabitable", vaticinan.
Han presentado también sus protestas por escrito los grandes municipios de la periferia. Alcorcón, Leganés y Alcobendas se consideran maltratados por los crecimientos residenciales que el PP ha previsto en las afueras de Madrid. Los tres municipios, gobernados por el PSOE, se han opuesto a los nuevos barrios porque, según argumentan, ocasionarán el colapso de las carreteras que unen estas localidades con la capital.
