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Absuelto en Berlín del delito de falsificación el presunto etarra cuya extradición exige España

La Audiencia Provincial de Berlín absolvió ayer, por falta de pruebas, del delito de falsificación de documentos al presunto etarra Benjamín Ramos Vega, de 33 años, quien se encuentra detenido en la capital alemana en espera de la sentencia definitiva del más alto tribunal berlinés (Kammergericht) sobre la extradición a España. En una resolución del 13 de octubre, el alto tri bunal aplazó la sentencia de extradición hasta que el Gobierno español aporte pruebas convincentes de que Ramos no será torturado, y de que recibirá, al ser seropositivo, tratamiento médico adecuado.

El juicio en segunda instancia contra Ramos se celebró en la sala de alta seguridad del vetusto edificio de los tribunales de Moabit. En ese mismo lugar se juzgó a los grandes acusados de la desaparecida República Democrática Alemana, con el difunto Erich Honecker a la cabeza. La impresión que producía el juicio era un tanto kafkiana, tanto por el marco como por la futilidad de la acusación contra el presunto etarra. El juicio de ayer en Moabit era un auténtico Proceso por la sombra de un burro.

El pasado 28 de enero Ramos fue detenido hacia las diez de la noche en Berlín por policías alemanes, a quienes acompañaban dos colegas españoles que estaban tras la pista de Ramos por su presunta vinculación con el comando Barcelona de ETA. La policía alemana encontró en poder de Ramos un abono mensual de estudiante para los transportes berlineses a nombre de Ignacio Albiza Aguado, que coincidía con el carné de conducir y el DNI falsificados que llevaba Ramos. Por este motivo se procesó a Ramos en Alemania, por falsificación de documentos, y se le condenó en primera instancia a 50 días de arresto o una multa de 100 marcos (8.500 pesetas).

Contra esta sentencia recurrió la defensa de Ramos, que ayer consiguió la absolución. Considera la audiencia berlinesa que el hecho de tener en su poder documentos falsos no prueba que los utilizase. La declaración de un empleado de la compañía de transportes de Berlín salvó a Ramos, porque quedó claro que no les importan mucho los papeles que se presentan a la hora de expedir un abono de transporte a precio reducido como estudiante.

En realidad, Ramos tiene más aspecto de inofensivo estudiante que de peligroso terrorista. Flaquito, con gafás y jersey, su discurso político al declarar ante el tribunal, resultaba un tanto desmedido al lado del delito por el que se le acusaba. La defensa de Ramos, que no era de oficio, sino pagada, recurrió la condena en primera instancia y mostró así que no está dispuesta a dejar pasar una.

Existe además una evidente desproporción entre los gastos procesales y de abogados y la pena impuesta en primera instancia, que no llegaba a 9.000 pesetas. La defensora de Ramos, Petra Schlagenhauf, se negó a declarar quién corre con las minutas de la defensa. Pero, en todo caso, los costes de ayer, gracias a la absolución, correrán a cargo del contribuyente alemán.

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Discurso político

El presunto etarra, natural de la provincia de Cáceres, que estudió contabilidad y trabajó como empleado administrativo, aprovechó la ocasión ayer en Berlín para lanzar un discurso político en contra de la persecución que sufre en España el pueblo vasco y el uso de su lengua, la más antigua de Europa, según sus palabras. Ramos se refirió al referéndum de Quebec, como muestra de que se puede obtener la independencia por vía pacífica. La juez, con harta paciencia, intervino con suavidad para decir que allí sólo se juzgaba la falsificación de un bonobús.Siguieron el juicio en la sala 14 seguidores del presunto etarra, que recibieron con aplausos la absolución. Un par de ellos gritaron, "¡Venceremos, Benjamín!", y saludaron puño en alto. Ramos respondió también puño en alto, antes de que los policías se lo llevaran-, porque seguirá en prisión en espera de la sentencia definitiva sobre su extradición a España.

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