Reducir el número de cooperantes
Las ONG que han asistido al foro de Medicus Mundi pretende que la Declaración de Granada se convierta en el decálogo que guíe las actuaciones en los países del Sur. El documento pretende que los receptores de la ayuda sean los verdaderos protagonistas de los proyectos humanitarios y no meros receptores de la solidaridad ajena: "Queremos que los pueblos del Sur determinen el contenido, ritmo y modelos de su porvenir".La declaración considera que la aportación externa, excepto la formativa, "debe reducirse al mínimo posible y ser decreciente, en especial en lo que concierne a la presencia de los cooperantes, a fin de evitar la generación de nuevas dependencias". Para ello habrá que ampliar la formación de los miembros de las ONG del Norte y del Sur. El objetivo es que la comunidad beneficiaría de las ayudas participe "en la elaboración, gestión, evaluación y financiación de los proyectos desde su inicio".
Todas las iniciativas sanitarias deben integrarse en la estrategia "de atención primaria del país receptor, proponiendo en su caso una aportación crítica para su mejora". Las ONG estiman que no se deben "trasplantar modelos sanitarios ajenos". "Los proyectos de cooperación deben estar basados esencialmente en el manejo y aprovechamiento de los recursos humanos y naturales, enraizados en las culturas de las comunidades implicadas a partir del respeto a su diversidad social, cultural y biológica". Además, los proyectos deben servir para la "mejora de los derechos humanos" y desarrollar "una conciencia ecológica en los países del Sur" imprescindible para cubrir sus necesidades básicas.
La declaración dice que la sustentabilidad de los proyectos sanitarios no tiene solución real mientras subsistan los problemas estructurales ligados a la injusta distribución de recursos a nivel internacional y no cambie el actual estilo de vida del Norte, consumista e insostenible".
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