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Triunfo merecido de Paskalievic, Claude Sautet e lcíar Bollaín

La Espiga de Oro de esta 40ª Seminci fue otorgada anoche a La otra América, una excelente película de producción casi artesanal dirigida por el serbio Goran Paskalievic. Nelly, maravillosa obra delmaestro francés Claude Sautet, obtuvo el premio del jurado; y la española Hola, ¿estás sola?, primer largometraje dirigido por la joven actriz Icíar Bollaín, ganó el premio a la mejor dirección novel. Un reparto impecable.

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Lo que es más discutible es que Icíar Bollaín comparta su premio con el director norteamericano Tom Dicillo, por su trabajo en Vivir rodando. Esta simpática y graciosa comedia tiene como soporte un originalísimo y divertido guión, así como un buen reparto de jóvenes intérpretes. Pero premiar de ella la dirección, que no es mala, sino rematadamente mala, suena a tomadura de pelo o a componenda.La Espiga de Plata fue a manos del mexicano Jorge Fons, director de El callejón de los milagros, un sólido, solvente y bien construido e interpretado melodrama urbano que se merece sin duda estar en la lista de premios final de este festival.

Más discutibles son los premios de interpretación. Fue considerado mejor actor el mexicano Bruno Bichir, por su trabajo en El callejón de los milagros, y no habría nada que objetar a este premio si no supusiera que se va de vacío el protagonista de Nelly el gran actor francés MicheI Serrault, eminente intérprete que hace auténticas filigranas delante de la cámara de Sautet.

El premio a la mejor interpretación femenina fue concedido a la actriz belga Antge de Boeck, por su trabajo en Manneken Pis, dirigida por Frank van Passel. Se trata indudablemente de una buena interpretación, pero no mejor que la de Emmanuelle Béart en Nelly y la de la española Candela Peña en Hola, ¿estás sola? Un reparto de este premio concedido a la actriz belga con alguna de las otras dos citadas hubiera sido una solución más equitativa y equilibrada.

Pastelito americano

Un último premio de carácter técnico fue otorgado al cursilón pastelito americano dirigido por el británico Terence Davies La Biblia de neón: el galardón a la mejor fotografía. Esta es obra de Mike Coulter y sin duda es una bonita fotografía, pero no parece claro que además de bonita sea la mejor. De hecho, se trata de juna serie de estampitas bastante remilgadas.

Componían el jurado que otorgó estos premios los españoles Mario Barroso y Gustavo Martín Garzo; el holandés Nico Crama, el francés François Ede, la canadiense Huguette Parent, la checa Michaela PavIatová y el estadounidense Donald Skoller.

Este mismo jurado concedió una Espiga de Oro al mejor cortometraje a Sorpresa, del alemán Veit Helmer; y una Espiga de Plata a El fin del mundo en cuatro estaciones, del canadiense Paul Driessen.

Esta lista de premios recoge -con excepción del iraní El globo blanco, injustamente olvidado- los pocos largometrajes que merecen la pena de un concurso sobrecargado de títulos, más de 20, la mayoría de muy escasa entidad y que no merecían concursar. Por ello, lo que más calado tiene en esta 40ª Seminci, además de la revelación de Icíar Bollaín, es su referencia al cine clásico a través de la revisión de la obra de Dreyer y del estreno en España de Más allá de las nubes, donde Antonioni ha renacido de su muerte en vida. Nada más necesario que estas luminosas miradas hacia atrás para darnos cuenta del laberinto que amenaza al cine futuro.

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