Robert Lucas: 30 años de análisis macroeconómicos
La concesión del premio Nobel de Economía a Robert Lucas viene a reconocer la labor del economista que, a mi juicio, mayor influencia ha tenido en el análisis macroeconómico en los últimos 30 años. Con este merecido galardón, su nombre se añade al de otros insignes macroeconomistas, como Milton Friedman, Franco Modigliani, Paul Samuelson o James Tobin. Tal vez, y dejando de lado diferencias de enfoque, lo que, distingue en este caso la concesión del premio Nobel a Robert Lucas de sus antecesores es que su labor científica le ha sido reconocida por la academia sueca a una edad algo más temprana, ya que ahora tiene 58 años.La trayectoria profesional de Robert Lucas se ha desarrollado en dos centros universitarios de primera fila: en Carnegie-Mellon entre 1964 y 1975 y, a partir de esta fecha, en la Universidad de Chicago. Durante todos estos años, sus numerosas y variadas contribuciones en las revistas científicas de más prestigio ha provocado una verdadera revolución en el análisis macroeconómico, al alterar de manera sustancial los métodos de aproximación a los problemas de carácter agregado. Sus aportaciones han tenido dos caracteres fundamentales. En primer lugar, la utilización del rigor analítico basado en herramientas matemáticas y estadísticas. Ha analizado siempre las de cisiones agregadas de los agentes económicos desde una base clara de las decisiones individuales, reconociendo la incertidumbre bajo la cual se toman habitualmente tales decisiones. Esta perspectiva era novedosa y contrastaba con el, hasta la fecha, dominante análisis keynesiano basado en el desarrollo del modelo IS-LM formulado por Hicks en 1937. La segunda característica ha sido su toma de partido a la hora de hacer recomendaciones de política económica. Éstas han ido desde la crítica a la política monetaria activista, desarrollando las ideas ya presentadas por M. Friedman en su discurso presidencial a la American Economic Association en 1968, hasta el papel del capital humano en el crecimiento de los países y en las diferencias entre los mismos.
Las aportaciones del profesor Lucas se iniciaron con el estudio de las decisiones óptimas de empleo e inversión que trabajadores y empresas deben tomar en un contexto de incertidumbre para maximizar tanto las preferencias como el beneficio esperado de los mismos.
Sin embargo, su contribución más reconocida, y señala da por la academia sueca al otorgarle el premio es en el desarrollo de la teoría de la información ya iniciada por John Muth en 1961, y que se dio en llamar la revolución de las expectativas racionales. En sus dos artículos más famosos, Expectations Evidence on Output-Inflation Trade-Offs (1973) hace uso de que los agentes utilizan la información disponible de la forma más adecuada realizando previsiones sobre las variables relevantes para las decisiones, sin cometer errores sistemáticos. Sus resultados más importantes son: primero, la importancia para las decisiones de la información contenida en los precios relativos que vienen dados por el mercado. Segundo, que perturbaciones en la tasa de crecimiento del dinero no tienen ningún efecto en el nivel de actividad, mientras que mejoras o retrocesos tecnológicos, que afecten a la productividad de las empresas, serán la causa de las recesiones y expansiones de las economías, capitalistas.
Por último, al finalizar los años ochenta y en los primeros de los noventa, el profesor Lucas tiene como inquietud intelectual un problema clásico en economía: los determinantes del crecimiento económico. En sus artículos On the mechanics of economic development o Making a Miracle, tomando como punto de partida el modelo neoclásico de acumulación de capital, incorpora como fuente de crecimiento la acumulación de capital humano por parte de los individuos. Estos modelos pueden explicar tanto la distribución de la riqueza entre paises, como el crecimiento observado en el tiempo de cada uno de ellos.
La investigación económica llevada a cabo por el profesor Lucas en estos más de treinta años ha permitido que en nuestros días el análisis macroeconómico esté más vivo que nunca, abierto a la discusión por encima de corrientes de pensamiento (monetaristas, keynesianos, defensores del ciclo real, neokeynesianos). Gracias a Lucas la macroeconomía es una ciencia con un instrumental mucho más rico, en el que los economistas podemos realizar recomendaciones de política económica que intentan mejorar el bienestar tanto de nuestra generación como de las venideras.
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