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Manos pequeñas para salvar el planeta

Una chica de 13 años reúne enInglaterra a 800 niños de 90 países para proponer un futuro más limpio

Isabel Ferrer

El más atrevido de los sueños de Debbie Simirions palidece comparado con lo que ha conseguido en realidad. Empeñada en buscar una solución al deterioro medioambiental, esta escolar británica de 13 años ha organizado una auténtica conferencia internacional. Con el apoyo del programa medioambiental de las Naciones Unidas, Debbie ha logrado reunir a 800 niños de 90 países en Eastbourne, al sur de Inglaterra. Sus propuestas no pueden ser más simples y asequibles ni más directas: "Salvar el planeta supone limpiar el jardín o la playa de tu propio pueblo". Hoy harán público su comunicado, que, con ideas como ésa, será enviado a la ONU.Para estos peculiares congresistas, ciudar el medio ambiente es cuidar su paisaje más próximo. Y preservarlo requiere, en el mejor sentido de la expresión, mancharse las manos. En esa misma línea han contado sus propias experiencias y proyectos. Provistos de cubos, palas y bolsas de basura, niños. y adolescentes aseguran haber "barrido" sus lugares de juego y esparcimiento desde África al Caribe. En Austria, donde el frío aprieta en invierno, alumnos de un instituto han explicado cómo instalaron paneles solares. Los rayos absorbidos por éstos han calentado agua suficiente para el gimnasio.

El recuento de innumerables proyectos locales que abordan los problemas de raíz dio paso ayer a la aventura del cosmos. En una sesión que les mantuvo en vilo pudieron hablar, vía satélite, con los tripulantes de la estación Mir. Les preguntaron por su trabajo, el agujero de la capa de ozono y la soledad del encierro espacial. Entre sonrisas, todos coincidieron en que la mejor forma de conservar el planeta es la cooperación internacional.

Para Debbie Simmons, que ha desplegado una actividad frenética, ésta será una semana' inolvidable. Su aspecto de colegiala con cola de caballo oculta un espíritu férreo. Su parlamento durante la ceremonia de apertura del lunes encerraba una fórmula infalible: "Trabajar mucho y luego divertirse". Su deseo, y el de la conferencia en su conjunto, es que este grupo de menores preocupados por el medio ambiente crezca y acabe influyendo en adultos y políticos.

La solemne lectura del documento final servirá para clausurar hoy la conferencia. Redactado por los más hábiles con la pluma, conservará la estructura de otros emitidos en encuentros oficiales al uso. Será, sin embargo, mucho más directo. No habrá declaraciones de principios que nadie está dispuesto a cumplir. Pero habrá mensajes tan claros como éstos: "Si una empresa contamina un río, debe limpiarlo y correr con los gastos. Para que el bosque no perezca, hay que protegerlo desde deritro". Cualquiera de las medidas discutidas anoche entre naranjadas y bocadillos tenia un mismo denominador común.

A partir de esta iniciativa, la red informática Internet puede llenarse de ideas limpias firmadas por niños de todo el mundo.

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