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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Rebajas forales

LA DIPUTACIÓN Foral de Vizcaya se dispone a aplicar un. paquete fiscal cuyo estandarte más llamativo es la reducció de la tarifa general del impuesto de sociedades del 35% al 30%, el establecimiento de vacaciones fiscales durante cuatro años a las empresas de nueva creación,una nueva actualización de balances y una cuota mínima en el impuesto para todas las empresas con base imponible positiva. Ni las vacaciones fiscales ni la actualización de balances son una novedad en la política de incentivos empresarialese que practica la Administración del País Vasco para compensar el deterioro del tejido industrial por la crisis de sus sectores tradicionales y los efectos colaterales del terrorismo. Pero sí lo es la rebaja del impuesto sobre sociedades.Las tendencias tributarias tienden a equiparar el tipo marginal de la renta y el del impuesto de sociedades para evitar la picaresca de creación de sociedades fantasma, sin otro objeto que beneficiarse de la diferencia existente entre el 56% y el 35% en los tipos máximos de ambos tributos. El Partido Popular propone unificar el techo de estos impuestos en el 40%. En este sentido, la decisión de la Diputación vizcaína va a contracorriente de la tendencia general. Ahondar las diferencias fiscales interterritoriales puede plantear senos conflictos.

Pero,además de la ausencia de armonía o cohesión fiscal, no está muy claro que recortar en cinco puntos, el impuesto sobre sociedades, un tributo que no es el centro de la preocupación empresarial, que se aplica además en un ámbito limitado a empresas que tributen exclusivamente a la Diputación o que tengan el 25% de la producción en el territorio, sea un estímulo empresarial decisivo. La experiencia de los estímulos fiscales en España demuestra que los recortes en este impuesto tienen una rentabilidad más bien limitada, en cuanto que el empresario o gestor tiende a incorporar el beneficio fiscal como una rutina más de su declaración. La experiencia ha demostrado que recortes parciales de este impuesto estimulan poco la aparición de empresas -que no sean carcasas para eludir el IRPF-, que su influencia sobre la creación de empleo es casi nula y que, a cambio, suelen vaciar de contenido el impuesto a través de numerosas deducciones y desgravaciones.

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