Rodríguez corto oreja

Buena tarde tuvieron Jorge Gutiérrez y Miguel Rodríguez en el coso tapatío llevándose un apéndice cada uno. Al emotivo segundo Jorge Gutiérrez lo capoteó con agallas haciéndole un bello quite por fregolina. Cuando la res brava rompió, el diestro aprovechó su claro recorrido por el lado izquierdo y la enhebró unas series que emocionaron por el temple y la manera de ligar. El quinto fue devuelto por ser una indignante rata y el sobrero resultó manso. El hidalguense le hizo embestir pero como el bovino no transmitía, el esfuerzo de Gutiérrez no fue apreciado por el respetable.Miguel Rodríguez saludó al codicioso tercero de frente bajando las manos en limpios lances para después en su quite ajustarse en chicuelinas. Se lució en el segundo tercio con alegre galleo para colocar al burel. Al son de la música trasteó al fijo cornúpeta y en su quehacer hubo torería, destacando una serie de naturales en los que corrió la mano en cámara lenta. Perdió el premio por pinchar,

Al carivacado que cerró plaza, el madrileño lo veroniqueó armoniosamente. En su faena mostró oficio y se jugó la vida ante un morlaco dificil y peligroso. Le ligó tandas en las que se embraguetó y al instrumentar un redondo el astado lo encunó y lo lanzó sin comearlo. Se entregó en el volapié y ganó el trofeo.

Guillermo Capetillo se vio indeciso y falto de sitio con el descastado primero y no pudo corregirle su descompuesto medio viaje. El cuarto, desarrolló peligro y cuando Capetillo se decidió, surgió la emoción que. provoca su toreo de embrujo. Barrió la arena con la muleta obligando al animal a humillar y a efectuar un largo recorrido al ritmo de su pañosa, que desplazaba toreando hacia dentro.