Más allá de la fractura social
Europa, en general, y el Estado español, en particular, se encuentran en una histórica encrucijada social. La miseria, la marginación y el odio social van acelerando el proceso4e putrefacción de nuestras sociedades civilizadas. En el otro lado de la barrera, el país político oficial continúa con su circo histriónico de juicios, tertulias, declaraciones, crispaciones y descalificaciones.Así se constata que la gran mayoría de la población, con sus preocupaciones más primarias sin solucionar (astilleros, pesca, Tous, falta de perspectivas, etcétera), ha perdido definitivamente la fe y la confianza en todo y en todos; es decir, que ya no se trata de la crisis de un partido, de un Gobierno o de una ideología. Lo que sucede es que hay una gravísima fractura social insoldable; el prepotente modelo económico hipérinsolidario, supercapitalista, ha fracasado. Y lo más grave es que no hay alternativa clara para hacer frente a las destructivas teorías socioeconómicas que hoy día capitanean el mundo. Esto podría provocar, en un futuro próximo, un terremoto político-social.-
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