Çiller pide elecciones en Turquía tras perder el voto de confianza

El Gobierno minoritario turco que preside Tansu Çiller perdió ayer en el Parlamento de Ankara un voto de confianza, por 230 votos contra 191, lo que llevó a la primera ministra a pedir la convocatoria de elecciones anticipadas "lo antes posible", algo que, en su opinión, "constituye una necesidad de la democracia y de los intereses del país"."Consideramos adecuado adelantar las elecciones en Turquía para el día 24 de diciembre, como fecha más próxima posible", afirmó Çiller a los periodistas después de una reunión con su grupo político (el Partido de la Recta Vía, PRV). Las elecciones estaban inicialmente previstas para octubre de 1996.

La evolución de los acontecimientos convierte en prácticamente imposible que el Parlamento Europeo (PE) apruebe en diciembre la unión aduanera con Turquía. Para hacerlo, la Eurocámara exigía un cambio de la ley antiterrorista y, más concretamente, del artículo 8 de la misma, que permite encarcelar a quien efectúe "propaganda separatista". Çiller se había manifestado a favor de cambiar la redacción del polémico artículo. Ahora, todo queda pospuesto.

Según la tradición, Çiller debería presentar su renuncia al presidente, Suleimán Demirel, quien tendría varias opciones: designar a otro dirigente político para formar Gobierno o renovar el encargo a Çiller, ya fuera para buscar de nuevo una mayoría o para ocuparse de los asuntos corrientes mientras se celebrasen las elecciones.

Çiller dimitió ya el 20 de septiembre al hundirse la, coalición de, su Partido de la Recta Vía (PRV, centro derecha) con el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (PRP), pero Demirel le encargó que buscara una nueva alianza. Lo intentó con el también conservador Partido de la Madre Patria (PMP), pero no lo logró, lo que le llevó al intento de Gabinete minoritario, que el Parlamento rechazó ayer.

Uno de los apoyos con los que contaba Çiller, el del izquierdista Partido de Izquierda Democrática (PID), que dirige el ex primer ministro Bulent Ecevit, le volvió la espalda al no obtener de la primera ministra la solución a la huelga de 350.000 funcionarios iniciada en septiembre.