20.000 DESAPARECIDOS EN LA EX YUGOSLAVIA
Sinisa Glasevic, Ljubomir Pasic y Budimir Radojevic compartían antes de 1991 una patria, pero no sabían que iban a compartir un "destino desconocido": como el de los otros miles de desaparecidos que las sucesivas oleadas de violencia en la antigua Yugoslavia están dejando en la cuneta.Amnistía Internacional no quiere que sus casos se olviden, por lo que acaba de lanzar una campaña con la que quiere impulsar medidas para investigar y esclarecer su situación.
La continuación de los combates y el tambaleante proceso de paz han marginado la solución de este problema.. Aunque es difícil saber la cifra verdadera, las estimaciones indican que desde el inicio de los primeros combates en Croacia, en 1991, el número total de desaparecidos se acerca a los 20.000. El Gobierno bosnio contabilizaba hace unos meses unas 17.000 personas en «paradero desconocido"; el Gobierno croata, unas 2.700, y las autoridades serbias, unas 900. Estimaciones efectuadas antes de las últimas oleadas de combates, el pasado verano. En 1994, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU estableció, un Proceso Especial sobre Personas Desaparecidas en la antigua Yugoslavia. Pero el experto designado apenas ha contado con medios y libertad para realizar su labor.
En mayo de 1994, la ONU había obtenido datos acerca de 143 fosas comunes en Bosnia y 44 en Croacia, pero hasta ahora se han puesto toda clase de obstáculos para impedir la exhumación de los cadáveres.
Amnistía Internacional pide a la comunidad internacional que impulse un plan para resolver la cuestión de los desaparecidos. Miles de familiares esperan saber si sus seres queridos viven o están muertos; en la medida que no se esclarecen los casos, y no se procede a procesar a los culpables, se hace más difícil cerrar las heridas e iniciar el difícil camino de la paz. La campaña de Amnistía Internacional incluye también medidas preventivas, como garantizar el acceso del Comité, Internacional de la Cruz Roja a todos los detenidos.
Uno de los primeros casos de desapariciones masivas se produjo en noviembre de 1991 tras la caída de Vukovar, en Eslavonia oriental (Croacia), después de un prolongado asedio por parte del Ejército Nacional Yugoslavo. Sigue sin conocerse la suerte corrida por más de un millar de personas capturadas entonces. Pero los casos se han reproducido) después, como tras la toma de Srebrenica por las fuerzas serbias el pasado mes de julio, o, según las últimas noticias, en Krajina tras la reconquista croata en agosto.
Uno de los desaparecidos en Vukovar es Sinisa Glavsevic, entonces un directivo de la radio local. La mañana del 20 de noviembre salió de la habitación del hospital al que habían trasladado la radio por razones de seguridad. Desde entonces, no se han tenido noticias fiables de él, si bien se han recibido informes no confirmados de que fue visto en Ovcara y en otros campos de detención.
Cada uno de los miles de casos tiene detrás la ansiedad y la esperanza de los familiares. Amnistía Internacional exige que no se les olvide ahora, cuando un atisbo de luz parece verse al final del largo túnel de la guerra. Se debe impulsar la exhumación de fosas comunes, la identificación de los cadáveres, se debe procesar a los culpables y establecer la verdad. Las desapariciones están prohibidas por las normas del derecho humanitario internacional.
Los grupos de Amnistía Internacional están escribiendo a los Gobiernos de sus propios países para que impulsen esta labor, y a la vez están pidiendo a las autoridades de los diversos Estados surgidos en la antigua Yugoslavia que esclarezcan los casos concretos. Para colaborar con esta campana pueden ponerse en contacto con: Amnistía Internacional. Calle del Barquillo, 17,6ºB. 28014 Madrid. Teléfono: 531 25 09. Fax: 531 71 14.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.