Los neonazis pierden líderes y ganan rapados

La organización clandestina y neonazi Bases Autónomas agoniza. Los informes de la Brigada Provincial de Información indican que este grupúsculo, pese a su reaparición en octubre de 1994, ha entrado en una fase terminal. El suicidio de Carlos Rodrigo Ruiz de Castro, su principal ideólogo e impulsor, la retirada de escena de Fernando Fernández Perdices y el enjuiciamiento de Ignacio Alonso García han acelerado esta decadencia, ejemplificada por la desaparición del panfleto A por ellos y la revista El Porvenir, siempre según fuentes policiales.Este ocaso, sin embargo, no implica su inmediata desaparición. Mantienen viva la llama, aunque sin líderes, los cabezas rapadas al menos cuatro detenidos este año han reconocido su pertenencia a Bases Autónomas y a la organización universitaria Disenso- y las hinchadas Ultra Sur y Frente Atlético.

Son el último reducto de un grupo de vindicadores del horror nacionalsocialista, que nació en 1984 bajo la denominación de Confederación Nacional Revolucionaria- Bases Autónomas. Esta., etapa se caracterizó por la aglutinación de las facciones ultras en torno a la revista La pesta negra. La unidad se resquebrajó en 1988, cuando los más extremistas crearon -Bases Autónomas, el antipartido, una coalición de extremistas dispuestos a sembrar el caos por medio de la violencia. Dos ataques destacan en este periodo: el asalto a los puestos políticos del Rastro el 20-N de 1988 y el lanzamiento de huevos y piedras en octubre de 1989 contra Adolfo Suaréz, a la sazón presIdente de CDS, en un acto electoral -por esta agresión fue detenido Alonso García-.

Acoso y clandestinidad

Tres meses después, bajo el acoso policial, acordaron disolverse y sumirse en la clandestinidad. Desde entonces, sólo las pintadas y las detenciones han recordado su existencia. Esta oscuridad, sin embargo, no ha impedido su desarrollo en asociaciones universitarias, hinchadas y barrios industriales, donde han descubierto su nuevo caladero: los cabezas rapadas -hay unos 700 en la región-

Es el caso de José Cristóbal Castejón Martínez, de 20 años, alias El Mallorquín, detenido en mayo pasado por el brutal asesinato de Ricardo Rodríguez García, de 20 años, en el polígono de copas Costa Polvoranca (Alcorcón). El Mallorquín, en su declaración ante los investigadores, reconoció su relación con Bases Autónomas. Se trata, según los informes policiales, de uno de los 10 cabecillas violentos que siguen al grupúsculo neonazi en la Comunidad. Cada uno con su bagaje de violencia, cada uno con autonomía y su camada -nunca más de una decena-.Son las denominadas secciones o grupos de base, un recuerdo de las antiguas células ultraderechistas. Odian al judío, al inmigrante y a la democracia. Adoran la cruz céltica. La de la muerte.