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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

País lacio

No, no quiero hablar de Roma y el Latium, sino de este nuestro país. Por un lapsus calami (o quién sabe si por una ironía del destino), el día 26 de septiembre se colaba en una nota publicada en su diario sobre el controvertido tema de la asignatura de religión y/o su alternativa la si guiente expresión: "Un Estado no confesional o lacio como el nuestro" (sic). Me brotó al punto una sonrisa socarrona. Por el chiste, claro, y porque una es la cuestión de la religión en las escuelas e institutos y otra la laicidad del Estado o su aconfesionalidad (que no son lo mismo). No soy yo quién ni es éste el momento para explicarlo, pero me sigo riendo socarronamente porque mis alumnos de religión de segundo de BUP sabían distinguir entre ambas cosas, mientras algunos expertos en la materia parecen o quieren confundirlas. Los ánimos están muy caldeados, no hay serenidad suficiente, ni actitudes sensatas en ninguno de los bandos. Quizá por lo mismo, porque se posicionan como bandos. Tal vez fuera bueno rememorar a Gandhi: "No se trata de vencer al enemigo, sino de llegar juntos a la verdad". Lo que yo veo es un afán de ganar partidarios entre los alumnos, una incultura religiosa, atroz, una confusión visceral entre fe, religiosidad, espíritu, valores... y lo que conllevan (por no hablar ya de la guerra sin cuartel contra el humanismo)...En fin, unos cuantos motivos para seguir haciendo de un país problemático un Estado lacio (= deslavazado, flojo, marchito). Abunda hoy la opinión de que no es bueno mezclar política y religión. Quizá porque no logramos sacudirnos la amarga experiencia del nacionalcatolicismo. Quizá porque así le interesa al neoliberalismo capitalista imperante. Pues bien, no deja de ser curioso que el propio Gandhi, a la hora de concluir su autobiografía (470 páginas), seleccione estas palabras: "Mi devoción a la verdad me llevó al campo de la política; y puedo afirmar sin el menor asomo de duda, y por supuesto con toda humildad, que aquellos que sostienen que la religión nada tiene que ver con la política no conocen el significado de la religión".- Jeremías Lera Barrientos.

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